La baja en la demanda de combustibles, que impulsa a nivel mundial la caída en la cotización del petróleo, comenzó a insinuarse en la Argentina a partir de las últimas semanas; Walter Costas Presidente de FAENI explicó en Otrosambitos (Popo Radio 96,1) que estima para noviembre una baja de 8% en sus ventas de gasoil y de 5% en las de naftas, considerando todas sus variedades.
Contrariamente a lo que pasa en los países desarrollados, donde la merma de la demanda provoca una fuerte caída en el precio del crudo y los combustibles, en la Argentina todavía, aun con la reducción de las ventas, pueden esperarse nuevos aumentos en los valores al público.
En efecto, desde el lado de las petroleras que extraen crudo y no lo refinan, tambiín se afirma que «la devaluación afecta porque todos los costos están en dólares, los salarios de los petroleros son los más altos del mercado y de lo que se cobra por el barril de crudo -entre 42 y 47 dólares por barril-hay que descontar las regalías que se pagan a las provincias y otros impuestos».
Además, la Argentina vive desde 2003 en una especie de burbuja en relación con el resto del mundo con respecto a los precios del petróleo y los combustibles. Con la aplicación de altas retenciones al crudo, el gobierno logró fijar un precio interno que se mantuvo alrededor de 37 dólares el barril desde ese año hasta 2007 y subió a fines de ese año a la escala actual de 42 dólares para las variedades más pesadas y de 47 para las más livianas y de mejor calidad.
En noviembre de 2007, el gobierno cambió el esquema de retenciones a las exportaciones de crudo y combustibles, subiendo de 5% a más de 40% el impuesto para las ventas externas de estos últimos productos.
Fuente: c3m.com.ar