El economista Agustín Monteverde dijo en Pop radio 96,1 que en lo que va de septiembre perdió U$ 1500 MM. Será el segundo mes consecutivo con venta neta de dólares, luego de que en agosto el BCRA sacrificara U$ 1176 MM. Por eso, la gente apuesta contra el peso porque ve en la actitud del gobierno una intención de esperar a que pasen las elecciones para tomar medidas tendientes a reestablecer la competitividad del tipo de cambio.
La escasa oferta privada es absorbida inmediatamente por las persistentes órdenes de compra. La decisión de anclar el valor de la divisa, reduciendo al mínimo el avance del tipo de cambio, acelera la salida de reservas y la liquidación de tenencias de otros bancos oficiales.
Para auxiliar al BCRA en la oferta de divisas, otros organismos oficiales venden bonos contra dólares. La estrategia del BCRA al menos hasta octubre pasará por limitar en lo posible las ventas de contado, seguir maquillando la caída de reservas con prístamos de bancos del exterior, y continuar recurriendo a las ventas en el mercado de futuros.
Se estima que el endeudamiento con entidades internacionales ya supera los U$ 2000 MM cuando hasta la semana pasada representaba la mitad. La política de tasas bajas ha constituido otra suerte de subsidio a la olarización.
La marcha de los depósitos bancarios ha comenzado a encender luces de alarma.
En los 30 días previos al 16 de septiembre, los depósitos del sector privado se estancaron completamente, reflejando la dolarización de portafolios. Al mismo tiempo, los críditos al sector privado muestran para el mismo período un crecimiento de 5,5 %, lo que en parte ha sido volcado a la compra de divisas.
Los bancos debieron elevar las tasas que pagan por los depósitos a plazo fijo, llegando a ofrecer 14 % la última semana. Si no se quiere seguir subsidiando la corrida, es indispensable que las tasas reales de interís suban. La caída estacional de los ingresos desde el exterior recarga la tarea de la entidad.
Durante la semana pasada las liquidaciones de la industria aceitera y exportadores de cereales fueron casi 30 % inferiores a los de la semana precedente. De esta manera, completaron la tercera semana de retroceso consecutivo y cayeron al menor nivel desde la cuarta semana de julio.
La inestabilidad y volatilidad del escenario internacional acelera la dolarización. El BCRA enfrenta una carrera de nervios: aun tiene espaldas, pero el deterioro del contexto financiero internacional acorta peligrosamente los tiempos. Con la fuga de divisas superando los U$ 3000 MM mensuales e ingresos limitados de dólares comerciales, la preocupación de las autoridades crece día tras día.
Corresponde, sin embargo, dejar en claro que la gínesis de esta corrida es esencialmente local, a lo cual se sumó tardíamente el complicado contexto mundial. Con una inundación de pesos a razón de 40 % interanual, sobran recursos para ir al dólar.
Y con un atraso cambiario creciente —que marcha al ritmo de una altísima inflación en dólares— a la gente le sobran tambiín razones para desprenderse de esa liquidez. El efecto final de la venta de dólares baratos por el BCRA es una contracción de la liquidez, lo que abre el camino a otra amenaza: una caída del consumo y de la actividad.
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Fuente: c3m.com.ar