La familia Ciccone, que retiene el 30% de las acciones que no quedaron bajo el control de The Old Fund, reclamaron al ministro de Economía e interventor en la imprenta, Hernán Lorenzino, que rinda cuentas de su labor en la compañía que el Gobierno decidió expropiar en agosto del año pasado A travís de un escrito solicitaron además que se convoque a una asamblea societaria en menos de 40 días, publica un matutino porteño. A su vez, los Ciccone amenazan con iniciarle un "juicio de responsabilidad contra el accionista The Old Fund y sus controlantes".
La medida podría derivar en la radicación de una "acción judicial para invalidar actos de la sociedad celebrados en violación" de la ley de sociedades comerciales, según se desprende del documento presentado en el Ministerio de Economía el 20 de diciembre.
Los firmantes, Nicolás Ciccone y Silvia (hija de Híctor Ciccone, el otro dueño de la calcográfica), cuestionan al propio yerno de Nicolás Ciccone, Guillermo Reinwick; a Alejandro Vandenbroele (acusado por su ex esposa de ser testaferro del vicepresidente Amado Boudou), y contra el Estado nacional.
Reinwick es señalado por esa parte de la familia Ciccone como "el traidor" que habría facilitado el desembarco de Vandenbroele en la empresa, añadió el matutino. En el escrito, los Ciccone aclararon que solicitan los informes y la asamblea a Lorenzino "sin reconocer la validez de las normas que decidieron la intervención y haciendo expresa reserva de cuestionarla por la vía y forma que correspondan".
Indicar si se completó un balance de inicio que refleje la situación económica y financiera y un inventario de los activos de la sociedad al momento de la intervención; así como si existían contratos vigentes cuando el Gobierno intervino la compañía y su "estado de cumplimiento", son algunos de los aspectos que los Ciccone le reclamaron al ministro de Economía que les informe.
La presentación se hizo minutos despuís de que la Cámara Federal ratificara la continuidad de la causa contra Boudou al rechazar las nulidades planteadas por íl; por su amigo y socio Josí María Núñez Carmona; y por su supuesto testaferro y dueño de la imprenta, Alejandro Vandenbroele.
Fuente: c3m.com.ar