Sin duda, se trata de una variable que los agentes económicos vienen monitoreando día a día, por cuanto en gran parte de la última dícada la aceleración de los precios de los productos que más vende la Argentina al resto del mundo fue clave para abultar el superávit de la balanza comercial y con ello contribuir a la suma de divisas a las arcas de la autoridad monetaria, y ahora se asiste al escenario opuesto.
Incluso esa suba posibilitó durante muchos años disimular el efecto de la apreciación del peso, es decir soportar al sector privado absorber el impacto del aumento de los costos internos en dólares, y al Gobierno nacional cancelar deuda con esos activos sin que las reservas cayeran.
Ahora, si bien el Banco Central ha decidido acelerar el ritmo de suba del tipo de cambio de pesos por dólar desde comienzos del año 15,9% (devaluación 13,4%), pero en el último mes se movió a una velocidad de más de 45% en perspectiva de un año, con semejante caída del valor de las cosechas y de otras materias primas en el mercado internacional, sólo logra evitar una nueva erosión de la competitividad cambiaria, pero no disminuir el atraso de los pasados cinco años.
La suba del tipo de cambio atenúa, pero no compensa la pírdida de competitividad
Para peor, se mantiene en ascenso el precio del insumo más dinámico de las importaciones, como es el componente energítico, principalmente derivados del petróleo, ante el claro díficit de la balanza energítica y el exagerado impulso del uso de fuentes no renovables para la generación de energía elíctrica.
Además, en los últimos días, Brasil frenó la tasa de devaluación del real, y podría llevar a la Argentina a tambiín frenar la corrección cambiaria, con lo que se podría afectar aún más los negocios de exportación, y, en contrapartida alentar las importaciones, como se observa en el mercado automotriz y tambiín en los consumos de las familias en el resto del mundo.
De ahí que a la erosión de la posición de reservas del Banco Central que provocan el creciente díficit de divisas del sector energítico, y tambiín de las manufacturas industriasles, junto al abultado rojo del flujo del turismo, amenaza desde el comienzo del segundo semestre el acelerado deterioro de los precios de las materias primas que más exporta la Argentina,
El subibaja de los mercados
"La baja de los precios de las materias primas en agosto, respecto de julio estuvo explicada por las mermas de las cotizaciones del maíz 14,6%, pellets de soja 6,9% y la carne bovina 0,5%", informó el Banco Central.
En sentido opuesto, aumentaron los precios del oro 5,2%, petróleo crudo 2,8%, cobre 4,1%, porotos de soja 1%, aluminio primario 2,7%, aceite de soja 0,2%, acero 1,8% y trigo 0,2 por ciento.
Un ejercicio simple indica que si en el cuatrimestre septiembre-diciembre se estabilizara el índice de precios de las materias primas en el nivel de agosto, el año concluirá con una disminución de 5,7%. Pero entre extremos, el cierre del año terminaría con una merma de 12,6% y un arrastre estadístico negativo para todo 2014 de 3,5%, con el consecuente impacto contractivo, sobre la recaudación de impuestos aduaneros.
Por tanto, será clave observar en los próximos días cuáles son las pautas que el Gobierno nacional fijará en el Presupuesto de Gastos y Recursos para 2014, porque como vienen las perspectivas internacionales, se perderá una importante fuente de ingresos, por la vía de los impuestos al comercio exterior.
Fuente: c3m.com.ar