En el tradicional espacio público de bulevar Oroño y avenida Rivadavia tuvo lugar una importante muestra de verduras y plantines agroecológicos, cocina saludable, jugos naturales, madrinazgo y padrinazgo de semillas de uso local y una feria de jóvenes huerteras y huerteros, quienes dejaron testimonio de sus fructíferas vivencias desde que comenzaron en la actividad. De este modo concluyó una nueva edición de la vasta agenda planificada por el Programa de Agricultura Urbana, de la Secretaría de Promoción Social municipal, junto con INTA Pro-Huerta Plan Nacional de Seguridad Alimentaría del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Rosario y la Red de Huerteras y Huerteros de Rosario. Se estima que unos 3.000 rosarinos participaron en forma directa de las muestras, talleres, capacitaciones y clases de cocina saludable que incluyó la programación
La primavera abrazó a la feria. Y la ciudadanía no dudó en acompañar la iniciativa. En una jornada más que agradable, la plaza Suecia, ubicada en una de las esquinas más tradicionales, cobijó con un amplio abanico de propuestas saludables a miles de rosarinos que, caminando, o en bicicleta, se acercaron a la feria de verduras y plantines agroecológicos producidos por jóvenes huerteros y huerteras, encuentro que marcó el fin de la 9ª Semana de la Agricultura Urbana municipal.
“Es muy lindo poder observar que a lo largo de este último tiempo hemos podido transformar el lugar en donde vivimos, que el vecino se acostumbre y vea lo que estamos haciendo. En 2001 ingresí al equipo de Agricultura Urbana, soy nacido en el interior del país, en la provincia del Chaco, y vengo con una cultura y con saberes sobre la tierra” Así se expresó en la oportunidad Alcides Rubín Fariña, promotor del programa de Agricultura Urbana del Parque Huerta La Tablada.
Cabe destacar que el Parque Huerta La Tablada es el primero en su tipo en nuestra ciudad, y se encuentra ubicado en el predio de Juan M. Gutiírrez y Circunvalación. Allí, cómo en el resto de estos lugares, se promueve el uso productivo de los espacios públicos, integrando proyectos urbanísticos y ambientales de recuperación del paisaje y recualificación barrial para mejorar la calidad de vida de los habitantes de la ciudad y lograr una mayor inclusión social de sectores de bajos recursos.
“Ya somos una institución en el barrio, y por suerte, tenemos buena llegada con los jóvenes, con quienes venimos trabajando a travís de capacitaciones. El fin de esas instancias no es más que ellos mismos se apropien de esos espacios de producción, en el que no sólo el objetivo es la salida laboral, sino la posibilidad real de transformar su calidad de vida, haciendo algo que les gusta y que les hace bien”, reflexionó Fariña.
Jóvenes emprendedores
Actualmente 280 huerteros y huerteras producen a nivel comercial en el marco de la iniciativa de Agricultura Urbana y aproximadamente unos 100 jóvenes se incorporaron en el trabajo y aprendizaje mediante capacitaciones a toda la comunidad, como es el caso de Johana (19) y Antonela (21), integrantes de la Agroindustria Zona Oeste.
“¡Fue ella la responsable!” Acusa Antonela a su compañera de feria, entre risas. La joven de zona oeste afirma que comenzó aproximadamente hace ocho meses en el programa por intermedio de su amiga Johana. Asegura que en este tiempo, pudo aprender “el proceso de siembra, cultivo, cosecha y secado. Posteriormente, nos encargábamos del envasado y actualmente me dedico a esto”.
En el caso de Johana, a sus catorce años, y de la mano de su tía, ingresó al programa de Agricultura Urbana. “Esto me cambió la vida, mas allá de todo, es un alivio, porque cuando voy y estoy en ese lugar, me olvido de todo, nos preocupamos por cuidar de nuestras plantas y lo demás, no existe. Trabajo de esto. Está muy bueno”.
El proyecto de Agroindustrias Urbanas Sociales está basado en la creación, desarrollo y promoción de modelos de empresa social de producción y transformación de alimentos obtenidos de emprendimientos de Agricultura Urbana y tiene como principales destinatarios a personas excluidas del mercado formal de trabajo, con el propósito de generar una red productiva.
“Se puede”. Así lo manifestó Matías Aguirre (26), joven huertero de Molino Blanco, quien hace varios años que se dedica junto con su familia a la producción y comercialización de verduras y plantines aromáticos. “Nosotros vivimos de esta actividad, nos va bien en las ferias”.
Su familia se acercó al programa en el 2001. La primera en dar el paso fue su madre, quiín actualmente es presidenta de la Red de Huerteros. “Al principio, yo veía de lejos todo esto, hasta que de a poco, nos fuimos incorporando y hoy toda la familia vive de este emprendimiento, que no sólo nos dio trabajo, sino que nos cambió la vida”.
Matías comenta que actualmente están impulsando el proyecto “La Huerta en Casa”, programa que se implementa en los centros municipales de distrito, en el que se capacita a vecinos y se hace entrega de semillas de temporada en encuentros que están organizados por el Programa Pro Huerta INTA del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación y el Programa de Agricultura Urbana dependiente de la Secretaría de Promoción Social municipal.
El saldo de la 9ª Semana
Se estima en el transcurso de la semana, aproximadamente unas 3.000 personas participaron de las múltiples actividades, desplegadas en los seis distritos de la ciudad de rosario, y otros miles coparon las ferias itinerantes y capacitaciones en diferentes espacios verdes y productivos.
El programa
El Programa de Agricultura Urbana integra a varones y mujeres en la generación de emprendimientos sociales de producción y elaboración de alimentos mediante tícnicas ecológicas, destinados al consumo familiar, comunitario y al mercado productivo. Dicho programa se enmarca en los preceptos de la soberanía alimentaria, y promueve la agricultura familiar urbana, a partir de estrategias participativas y solidarias de acceso a los medios de producción, tales como la tierra, las semillas agroecológicas, los bioinsumos, las maquinarias, las herramientas y el conocimiento.
Fuente: c3m.com.ar