El presidente de Bolivia, Evo Morales, anunció que aumentará la presencia de militares en las fronteras ante la supuesta participación de extranjeros en los enfrentamientos registrados este fin de semana en Apolo, en el norte de La Paz, durante un operativo contra las plantaciones ilegales de coca, en el que murieron dos militares, un policía y un mídico civil.
"Decir a la familia de los cuatro hermanos que el gobierno nacional no los va a abandonar. Lamentamos y repudiamos este hecho; es inaceptable, es una acción bien planificada militarmente para un acto criminal ocurrido en la zona de Apolo", dijo Morales en la ciudad sureña de Tarija.
El gobernante remarcó que hubo un plan para atacar a los agentes de seguridad que integran la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC), encargada de la destrucción de los cultivos ilegales de coca en el país, y responsabilizó por ello a "extranjeros que van operando" en esa zona y que usan "a algunos dirigentes".
Morales insistió en la importancia de blindar la frontera con Perú por el supuesto accionar de narcos de ese país y señaló que la Policía y las Fuerzas Armadas investigan los episodios. "Me estoy imaginando, seguramente esto nos va a obligar a crear, trasladar a algunos regimientos o crear puestos militares en las fronteras", indicó.
"Esta zona durante tanto tiempo, incluso en nuestra gestión, era intocable, nadie podía entrar y tiene riesgos, ha habido riesgos. Pero es nuestra obligación sentar presencia del Estado, soberanía en esas fronteras", agregó.
En Apolo, hay una zona autorizada, sometida al control de las autoridades, para cultivos de coca con usos lícitos en la industria y prácticas culturales, pero tambiín hay comunidades cuyas plantaciones se destinan supuestamente a la fabricación de cocaína.
Los agentes fueron emboscados el sábado por campesinos y supuestos extranjeros vinculados con el narcotráfico que les dispararon e incluso tomaron rehenes, según las autoridades. Además de las cuatro muertes, doce personas resultaron heridas de bala, quince sufrieron lesiones por golpes y se rescató a seis personas que habían sido tomadas como rehenes.
Morales señaló que, en los casi ocho años que lleva en la presidencia, no ha habido campesinos ni cocaleros muertos, a diferencia de lo que ocurría en anteriores gestiones, pues en la suya "siempre ha primado el diálogo" con estos sectores.
El mandatario destacó que se habían logrado acuerdos con el 80% de las comunidades de Apolo, "pero un grupo minoritario no quiso ni concertación, menos registro", lo que le pareció "algo sospechoso".
Confesó que, en este caso, "tenía mucho miedo que algunos militares y policías reaccionen por sus camaradas muertos", pero aplaudió que no lo hayan hecho y les pidió que continúen con "esa mentalidad de defender la vida".
En lo que va del año, la fuerza de erradicación que opera con militares y policías destruyó 9.048 hectáreas ilegales de la planta. Según datos de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) difundidos este año, Bolivia tenía en 2012 25.300 hectáreas de coca, más del doble de las 12.000 hectáreas permitidas por la ley para usos legales y culturales.
Fuente: c3m.com.ar