Tras la inspección de las instalaciones donde se encuentran las armas químicas del rígimen de Bashar Al Assad, la misión conjunta de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) y Naciones Unidas afronta ahora el desafío de encontrar un país dispuesto a prestar su territorio para proceder a la destrucción del arsenal A pesar de la indignación de la comunidad internacional por el uso de armas químicas contra la población civil y de la solidaridad mundial con las víctimas del conflicto sirio, que ya lleva dos años y medio, la peligrosidad de la tarea y la cantidad de sustancias tóxicas involucradas han resultado poco atractivas para los gobiernos.
De acuerdo con el periódico español El País, Estados Unidos pidió a una serie de países que reciban parte de ese armamento para destruirlo. De esa lista secreta solo ha respondido por ahora Noruega, que dijo el viernes públicamente que no podrá hacerlo por "limitaciones temporales y factores externos", según un comunicado de su Ministerio de Exteriores.
El material que deberían recibir dichos países incluye misiles y obuses ya cargados con armas químicas y gas sarín. Con elementos similares, se realizó el repudiado ataque del 11 de agosto, en el que murieron cientos de personas, incluidos niños.
Por otro lado, para este domingo estaba previsto que los expertos de la OPAQ terminaran de visitar los 23 emplazamientos identificados por el gobierno de Al Assad. Asimismo, se espera que para el próximo 1° de noviembre se haya finalizado con la llamada "destrucción funcional" del arsenal, es decir, impedir que se pueda seguir construyendo las armas.
En tanto, la OPAQ anunció este domingo que el Gobierno sirio ya entregó la información detallada de su programa de gases venenosos y agentes nerviosos, así como un plan preliminar para destruirlos junto con las instalaciones donde se fabricaban.
El gobierno sirio completó el jueves su declaración dentro de un plazo estricto y ambicioso para que sus arsenales químicos letales queden eliminados a mediados del 2014, de acuerdo con el organismo con sede en la ciudad holandesa de La Haya.
Estos documentos aportan "las bases a fin de elaborar los planes para la destrucción sistemática, total y verificada de las armas químicas e instalaciones de producción declaradas". No obstante, el contenido de la declaración entregada a la OPAQ es confidencial. No se facilitaron detalles del programa de Siria.
Los expertos creen que Siria posee unas 1.000 toneladas mítricas (1.102 toneladas) de armas químicas, las cuales incluyen gas mostaza y sarín. A la falta de lugar, se suma el que tampoco se ha decidido cómo se efectuará la destrucción del arsenal.
Fuente: c3m.com.ar