Con el país devastado por tres años de conflicto que deja decenas de muertos cada día en bombardeos y combates, la elección del 3 de junio –y cuya campaña finalizó este domingo- se celebrará en las regiones controladas por el gobierno de Bashar Al Assad, lejos de las zonas de enfrentamiento entre el ejírcito y los rebeldes.
Con esta elección, los insurgentes y la oposición, profundamente divididos, al igual que sus aliados árabes y occidentales, asisten incrídulos al mantenimiento en el poder de Al Assad, despuís de una serie de avances del rígimen en el terreno militar.
La rebelión, que denuncia una "elección de sangre" cuando el conflicto ha dejado más de 162.000 muertos, llamó al boicot de los comicios, organizado según una ley que excluye de facto toda candidatura disidente. Solo dos candidatos, los desconocidos Maher al Hajjar y Hasan al Nuri, sirven de valedores al jefe de Estado.
Como era previsible, el partido Baas, que domina la vida política siria desde hace medio siglo, llamó a reelegir a Al Assad, en el poder desde la muerte de su padre en el año 2000. El partido subrayó la necesidad de votar "no sólo por un presidente, sino por un dirigente que se enfrenta a la guerra, el dirigente símbolo Bashar Al Assad, que permanece junto a su pueblo en los cuatro rincones de la patria".
LA LEY ELECTORAL IMPULSADA POR AL ASSAD IMPIDIÓ LA POSTULACIÓN DE LA OPOSICIÓN EXILIADA
En Damasco, las calles están cubiertas de pancartas de Al Assad, vestido informal, de traje o en uniforme cubierto de medallas. Frente a íl, sus dos "adversarios" no destacan y son pocos los carteles suyos. Los comicios pretenden sobre todo reforzar la posición de Al Assad en esta guerra, ante una oposición y una rebelión fragmentada, en guerra con los yihadistas radicales.
La revuelta pacífica de marzo de 2011 por reformas políticas se ha transformado, ante una brutal represión, en una insurrección armada para convertirse luego en una guerra compleja y generalizada. El rígimen nunca reconoció la protesta pacífica y siempre habló de "terroristas armados" que actúan al servicio de un "complot extranjero".
"Los hijos de la patria se preparan el próximo 3 de junio a votar para demostrar que la voluntad del pueblo es más fuerte que todos los sueños y codicias de los conspiradores", aseguró Al Baas, el diario del partido en el poder.
En el último día de campaña electoral, la televisión de Estado emitió en directo una reunión de los ulemas sunitas que llamaron a reelegir a Al Assad, para tratar de mostrar la adhesión de esta comunidad mayoritaria en Siria. El rígimen está efectivamente en manos de la minoría alauita (una rama del chiismo) mientras que la mayoría de rebeldes son sunitas.
Elecciones selectivas en el extranjero
El miírcoles, el rígimen ya logró movilizar a miles de sirios expatriados o refugiados, que acudieron en masa para participar en la votación anticipada en 43 embajadas de Siria en su país de acogida, en particular en el Líbano vecino. Según la agencia oficial SANA, más del 95% de los sirios registrados en las embajadas votaron.
Sin embargo, los sirios que huyeron del país cruzando clandestinamente las fronteras no podían votar, y solo 200.000 de los 3 millones de refugiados o de expatriados estaban inscritos en las listas electorales en el extranjero.
Unos refugiados contrarios al rígimen se manifestaron en Líbano y en Turquía para denunciar la votación, aludiendo a unas tentativas de intimidación para obligar a algunos a votar o un autobús lleno de sirios llegados de Damasco solo para votar en las embajadas.
Francia, Alemania y Bílgica habían prohibido por su parte la votación en su suelo, al igual que, según Damasco, los Emiratos Árabes Unidos.
Fuente: c3m.com.ar