El presidente de Israel, Shimon Peres, tiene 90 años, una edad avanzada, pero muchos jóvenes lo envidian por su vitalidad. Tras siete años en el cargo, el premio Nobel de la Paz entregará el cargo. El Parlamento votará hoy a su sucesor de entre cinco candidatos, dos de ellos mujeres. Pero Peres, el último presidente de la generación pionera fundadora del Estado de Israel en 1948, dejará un gran vacío. Su salida del poder podría poner en apuros a Israel, ante todo en temas de política exterior.
Para el gobierno de derecha de Benjamin Netanyahu (partido Likud), que sigue una política a favor de los asentamientos de colonos, Peres cumplió una y otra vez en el plano internacional el papel de intermediario y mediador. Incansablemente apostó por una solución de paz en Medio Oriente, pese a que en las negociaciones hace años no hay avances. El domingo, Peres rezó la "oración por la paz" junto con su colega palestino y el Papa Francisco en El Vaticano. Fue seguramente su último acto de relieve internacional como presidente. La ceremonia celebrada en el Vaticano lo pintó de cuerpo entero. Rodeado por personalidades de las religiones católica, musulmana y judía, Peres volvió a apostar nuevamente por la convivencia pacífica con los palestinos.
La experta en ciencias políticas israelí Tal Schneider cree que Peres, cuyo mandato finaliza el 27 de julio, asumió "de facto" el papel de ministro de Relaciones Exteriores. "Siempre defendió en el exterior la política del gobierno de Israel", indicó Schneider. Por esto es muy respetado y especialmente bienvenido. Y ahora está por verse si el sucesor o la sucesora de Peres tambiín lo logrará.
De los seis candidatos iniciales quedaron cinco, despuís de que el postulante del ala socialdemócrata del Parlamento, Benjamin Ben-Eliezer, de 78 años y del Partido Laborista, tuviera que retirarse por graves acusaciones de corrupción a sólo tres días de la votación. La campaña fue especialmente turbia este año, pues otro dirigente, Silvan Shalom, del Likud, ya había tenido que retirarse antes tambiín por acusaciones de acoso sexual por parte de una ex empleada.
El favorito para convertirse en el futuro jefe de Estado es Reuven Rivlin, de 74 años, del Likud. A diferencia de Peres, está en contra de la creación de un Estado palestino. " l representa la típica visión de derecha de Israel", critica la progresista Schneider. Sin embargo, Rivlin ha prometido que como presidente no se inmiscuiría en la política diaria. La analista duda que Rivlin pueda continuar con los íxitos internacionales de su antecesor. " l no tiene la posición de Peres en el mundo. Seguramente habrá una cierta decadencia", lamenta la experta.
Meir Schitrit, de 65 años, del partido Hatnua, es el candidato centrista. Tambiín se postulan para la presidencia dos mujeres: la ex jueza Dalia Dorner, de 80 años, así como la ex presidenta del Parlamento Dalia Izik, de 61 años. El candidato más "alternativo" es el científico Dan Shechtman, de 73 años, quien fue galardonado en 2011 con el Nobel de Química. Aboga por mejorar la educación y fomentar la ciencia en Israel, para que se transforme cada vez más en un país de alta tecnología, algo que ya es en gran medida. La tecnolgía israelí resalta especialmente en el área militar, como bien saben sus vecinos árabes.
Schneider le otorga pocas posibilidades de ser elegido presidente a Shechtman. "Es visto como una persona apolítica". Si bien el presidente de Israel tiene una función principalmente representativa, carecer de experiencia política parece una desventaja para Shechtman.
La interna del Likud.Netanyahu ha sido criticado por su actitud en la campaña. Según los medios, primero intentó sin íxito eliminar el cargo de presidente, y cuando este plan fracasó hizo todo lo posible por evitar una candidatura de Rivlin, un rival interno dentro del Likud. Incluso pretendió convencer al premio Nobel de la Paz Elie Wiesel para que se presentase como candidato, pese a que íste no tiene pasaporte israelí. El primer ministro finalmente reconoció su derrota a último minuto y aseguró su respaldo a Rivlin. Las relaciones entre Netanyahu y Rivlin son muy tensas. Existen diferentes explicaciones, pero la que se menciona más es personal: se supone que Sara, la esposa de Netanyahu y de quien se dice que tiene una gran influencia política sobre su marido, sencillamente no "aguanta" a Rivlin.
Fuente: c3m.com.ar