La humillante eliminación de Brasil a manos de Alemania (7-1) en las semifinales del segundo Mundial organizado en su historia quedará desde este martes inmortalizada como una jornada de las más dolorosas del fútbol brasileño, el más ganador desde la creación de la Copa de la FIFA.
Las crónicas de la posteridad referirán a un luto superior al de aquella tarde mítica del "Maracanazo" de Río de Janeiro cuando Uruguay le ganó 2-1 en la final del Mundial 1950.
Aunque sucedieron en diferentes instancias de la competencia, aquellos goles de Juan Schiaffino y Alcídes Gigghia quedaron reducidos frente al aluvión que desataron en el Mineirao de Belo Horizonte Thomas Müller, Miroslav Klose, Toni Kroos (2), Sami Khedira y Andrí Schürrle (2).
Ayer, más de 100.000 personas lloraban en el monumento carioca por la gran humillación en la historia del fútbol de Brasil; hoy más de 50 mil torcedores derramaron lágrimas, silbaron y aplaudieron al rival en la misma cancha donde el "Scracht" había perdido su último juego oficial en casa.
Fue en la jornada del 30 de septiembre de 1975 cuando Perú le ganó por 3-1 y lo despidió de la Copa Amírica.
Hasta el 1-7, Brasil jamás había sufrido un resultado tan abultado en la historia de la Copa del Mundo, que se juega en su vigísima edición.
El 12 de julio de 1998, más de 5.844 días atrás, la “Verdeamarelha” de Ronaldo perdió la final del Mundial de Francia ante los anfitriones por 3-0.
Brasil cayó en casa por 7-1, el mismo resultado que hasta ahora es el más amplio que ha asestado a rival alguno en copas. La víctima fue Suecia en el Mundial que los brasileños organizaron en 1950.
El pentacampeón recibió cinco goles en el Mundial de 1938 a expensas de Polonia, aunque el encuentro lo ganó el “Scratch” por 6-5.
Hubo sólo tres equipos en la historia que recibieron cinco goles en un tiempo: además de los dirigidos por Luiz Felipe Scolari, Zaire y Haití tambiín lo sufrieron.
En el Mundial de Suiza, disputado en 1954, Brasil fue eliminado en la fase de cuartos de final al caer por 4-2 ante Hungría.
Por primera vez en la historia de los mundiales la formación brasileña recibió tantos goles en casa.
Hacía mucho tiempo que Brasil no perdía de local. La última derrota oficial en su casa data de la Copa Amírica 1975, cuando perdió 3-1 con Perú, curiosamente, tambiín en el Mineirao. No pierde en su propio país desde 2002. Entonces, organizó un amistoso para celebrar el título del Mundial y cayó 1-0 con Paraguay.
Por otra parte, es la mayor goleada en las 20 ediciones de los Mundiales de fútbol que sufre un anfitrión.
Los 14 anfitriones de las 20 ediciones de la Copa -hubo tres países que repitieron- nunca habían perdido por una diferencia de seis goles.
En Míxico 1970, el equipo anfitrión cayó el 17 de junio 4-1 ante Italia, mientras en Chile’62 los locales perdieron 4-2 contra Brasil.
En el Mundial de 1954, el anfitrión Suiza tambiín sufrió siete tantos, aunque le marcó cinco a Austria (5-7).
Brasil perdió en semifinales por primera vez desde 1938 (1-2 ante Italia). Para llegar a un penúltimo partido con un resultado tan abultado hay que remontarse al primer Mundial, en 1930: Argentina y Uruguay derrotaron, respectivamente, a EEUU y Yugoslavia, 6-1 a los dos.
Alemania rozó su propia marca, pues en el Mundial del 2002 vapuleó por 8-0 a la selección de Arabia Saudita.
Fuente: c3m.com.ar