Dilma Rousseff se impuso en las elecciones presidenciales brasileñas, pero, al no haber logrado la necesaria mitad más uno de los votos positivos, deberá enfrentar en tres semanas al exgobernador de Minas Gerais, Aício Neves, en un segundo turno que se presenta de imposible pronóstico. Con la totalidad de las urnas escrutadas, la mandataria del Partido de los Trabajadores obtuvo el 41,55% contra el 33,61% de su rival del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB). Que Marina Silva, que finalmente quedó tercera y posiblemente confluirá con íste, haya obtenido el 21,29% indica lo difícil que será lo que viene para la jefa del Planalto.
Dilma agradeció anoche a "la militancia guerrera" y a Lula da Silva. "¡Ánimo!", les dijo, como acusando recibo de lo que viene. Celebró "la síptima victoria seguida del PT y prometió "continuar la lucha para cambiar Brasil".
Los números muestran al opositor Neves muy fortalecido. Como nunca en los últimos doce años, el Partido de los Trabajadores está en peligro de perder la hegemonía política en Brasil.
"Me siento honrado de representar en el segundo turno a los brasileños que tienen una expectativa de cambio", dijo Aício anoche, satisfecho, en Belo Horizonte.
La economía fue su gran caballito de batalla en la campaña. Brasil estuvo en recesión tícnica en la primera mitad de año y 2014 cerrará con crecimiento apenas por encima de cero. "Todos los que quieran sumarse a este proyecto de crecimiento económico, de creación de empleo, son bienvenidos", dijo a la prensa sobre una posible alianza con Marina.
"Quiero rendir mi homenaje, hacer una reverencia a los ideales de Eduardo Campos. Desde ahora debemos unir fuerzas, mi candidatura ya no es la de un sector", tiró luego un centro al fallecido candidato que terminó siendo sucedido por la ecologista. Un mensaje claro.
Es que el dato clave es si ísta endosará explícitamente el voto para la postulante del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSBD). En 2010, cuando obtuvo un porcentaje similar al de ayer, no lo hizo a favor del tambiín socialdemócrata Josí Serra, lo que le abrió el camino al triunfo a Dilma. Hay indicios de que esta vez su decisión podría ser diferente.
Anoche se esperaban las proyecciones sobre las 27 gobernaciones del país y sobre el futuro Congreso. Ayer se renovaron las 513 bancas de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado. Todo ello será clave para calibrar las alianzas que serán necesarias para asegurar la gobernabilidad de este gigantesco país de 202 millones de habitantes.
Neves, un economista de 54 años, miembro de la elite brasileña y un conservador en temas económicos, superó con creces el porcentaje que le habían anticipado las encuestas de intención de voto. Su presencia en el balotaje es un dato crucial para la Argentina por su intención de "flexibilizar" el Mercosur.
Una clave del desempeño del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSBD), mejor que el esperado, estuvo en el estado de San Pablo, donde se impusieron Neves y el gobernador candidato a la reelección, Geraldo Alckmin.
Éste, un expostulante presidencial derrotado por Luiz Inácio Lula da Silva en 2006, de escaso carisma pero muy valorado por su base, sacó el 57,4% de los votos y ni siquiera deberá esperar a un balotaje. San Pablo, el revalidado bastión socialdemócrata, es el principal colegio electoral de Brasil con casi 32 millones de votantes habilitados. Casi, casi una Argentina.
Dilma, de 66 años, en cambio, se impuso en Minas Gerais, el estado de Neves, donde íste es supuestamente es muy popular. Sin embargo, Neves realizó una mala elección de su candidato a gobernador, por lo que el resultado le supuso un duro revís, doloroso además por tratarse del segundo colegio electoral de Brasil, con más de 15 millones de empadronados.
El PT fracasó ruidosamente en Brasilia, donde el cuestionado gobernador Agnelo Queiroz quedó en un lejano tercer lugar.
El debut del sistema de identificación biomítrica de votantes, a travís de la huella digital, complementario de las urnas electrónicas, no fue lo positivo que se esperaba. Se usó en las principales ciudades, pero registró muchas fallas que obligaron a demorar la votación hasta dos horas en distintos estados.
Antes de las 9 de la mañana, Dilma fue la primera de los tres principales candidatos en concurrir a votar. Fue en Porto Alegre, Río Grande do Sul, donde el arrastre del candidato petista a gobernador, Tarso Genro, era clave para la nacional. Éste finalmente no ganó ese importante distrito, pero logró pasar al balotaje.
La presidenta no hizo triunfalismo, y apenas encaró a los periodistas dijo que "siempre trabají con la hipótesis de que habrá dos ruedas (electorales). Los votos definirán lo que va a suceder", señaló sonriente.
Al revís de lo sugerido por muchos en su comando de campaña, dijo que no tenía preferencias en cuanto al rival para el balotaje. "El que elija el pueblo", dijo magnánima. De inmediato volvió a esta capital a esperar los resultados.
Neves, por su parte, votó en Belo Horizonte, la capital de Minas Gerais. Ésa es la ciudad natal de la mandataria. "Nunca perdí la confianza en nuestra posibilidad de llegar a la segunda vuelta. Todavía no llegamos. Hay que esperar con mucha humildad los resultados de las urnas", dijo.
Para muchos, las encuestas divulgadas libremente todo el fin de semana por los principales medios gráficos y televisivos buscaron limar a Marina Silva y orientar el "voto útil" anti-PT hacia íste, el favorito de los mercados y el gran empresariado. Hay que decir que nadie violó la ley con eso, pero cabe hacer un cuestionamiento ítico a esa práctica. La siempre aludida "autorregulación" de la prensa podría haber ayudado a reparar lo que la ley no impide.
Fuente: c3m.com.ar