Repasando los papados de Pablo VI o de Benedicto XVI, entre otros, el Sumo Pontífice hace un llamamiento para el cuidado de la naturaleza como hiciera el papa Juan XXIII en su mensaje Pacem in Terris "Lo que está ocurriendo en nuestra casa" es el título del primer capítulo de esta esperada encíclica en la que pide que el objetivo de cuidar al planeta no pasa por "reunir información" o "saciar nuestra curiosidad", sino que se debe "tomar conciencia" y saber "cuál es la contribución que cada uno puede aportar".
"LA IGLESIA DEBE PROMOVER DEBATES CIENTÍFICOS HONESTOS"
Respecto a este tema, el Papa asegura que "sobre muchas cuestiones la Iglesia no tiene voz definitiva, sino que debe promover debates científicos honestos", aunque insiste en que "basta mirar la realidad con sinceridad para ver que existe un grave deterioro de nuestra casa común".
En la encíclica, que tiene 191 páginas, el pontífice realiza un profundo análisis en el que aborda la relación entre la contaminación y el cambio climático, la mala gestión del agua, la pírdida de la biodiversidad, la desigualdad entre regiones ricas y pobres y la debilidad de las reacciones políticas ante la catástrofe ecológica.
Según Francisco, el calentamiento originado por "el enorme consumo de algunos países ricos tiene repercusiones en los lugares más pobres de la Tierra, especialmente en África, donde el aumento de la temperatura unido a la sequía hace estragos en el rendimiento de los cultivos".
Es a partir de allí que el Papa responsabiliza al sistema económico mundial: "La deuda externa de los países pobres se ha convertido en un instrumento de control, pero no ocurre lo mismo con la deuda ecológica. De diversas maneras, los pueblos en vías de desarrollo, donde se encuentran las más importantes reservas de la biosfera, siguen alimentando el desarrollo de los países más ricos a costa de su presente y de su futuro".
Bergoglio hace una dura crítica a los políticos que enmascaran los problemas ambientales o subestiman las advertencias de los ecologistas. "Las predicciones catastróficas ya no pueden ser miradas con desprecio e ironía. A las próximas generaciones podríamos dejarles demasiados escombros, desiertos y suciedad".
"El sometimiento de la política ante la tecnología y las finanzas se muestra en el fracaso de las cumbres mundiales sobre medio ambiente. Hay demasiados intereses particulares. Y muy fácilmente el interís económico llega a prevalecer sobre el bien común y a manipular la información para no ver afectados sus proyectos".
Francisco pide sustituir los combustibles fósiles por las energías renovables
El Pontífice consideró que se ha vuelto "urgente e imperioso" desarrollar políticas para que en los próximos años se reduzcan drásticamente la emisión de anhídrido carbónico y otros gases altamente contaminantes.
"En el mundo hay un nivel exiguo de acceso a energías limpias y renovables. Todavía es necesario desarrollar tecnologías adecuadas de acumulación", añadió Bergoglio.
El Papa identificó que "muchos de aquellos que tienen más recursos y poder económico y político parecen concentrarse sobre todo en enmascarar los problemas o en ocultar los síntomas, tratando sólo de reducir algunos impactos negativos del cambio climático".
"Pero muchos síntomas indican que esos efectos podrán ser cada vez peores si continuamos con los actuales modelos de producción y de consumo", continuó Bergoglio en el documento. De ahí, la urgencia de la sustitución progresiva del empleo de los combustibles fósiles.
"Sabemos que la tecnología basada en combustibles fósiles muy contaminantes -sobre todo el carbón, pero aún el petróleo y, en menor medida, el gas- necesita ser reemplazada progresivamente y sin demora", explicó el Papa.
Y en la encíclica consideró en relación con el calentamiento de la Tierra que "la humanidad está llamada a tomar conciencia de la necesidad de realizar cambios de estilos de vida, de producción y de consumo" para combatirlo o "al menos (luchar contra) las causas humanas que lo producen o acentúan".
El pontífice señaló que "la mayor parte del calentamiento global de las últimas dícadas se debe a la gran concentración de gases de efecto invernadero (anhídrido carbónico, metano, óxidos de nitrógeno y otros) emitidos, sobre todo, a causa de la actividad humana". Y que "al concentrarse en la atmósfera, impiden que el calor de los rayos solares reflejados por la tierra se disperse en el espacio. Esto se ve potenciado especialmente por el patrón de desarrollo basado en el uso intensivo de combustibles fósiles". De ese uso dijo que "hace al corazón del sistema energítico mundial".
Fuente: c3m.com.ar