Con más timing político que judicial, la Cámara Federal de Casación Penal dispuso ayer la reapertura de la denuncia del fallecido fiscal Alberto Nisman contra la expresidente Cristina de Kirchner por el presunto encubrimiento de los acusados iraníes por el atentado a la AMIA. Con críticas al juez Daniel Rafecas y a los camaristas Jorge Ballestero y Eduardo Freiler (que la rechazaron dos veces por inexistencia de delito), en un fallo unánime, se decidió su apartamiento y que la presentación sea nuevamente sorteada entre otros jueces. Con la aceptación de la DAIA como parte querellante, los jueces Ana María Figueroa, Mariano Borinsky y Gustavo Hornos sostuvieron que fue "prematuro" el cierre de la causa y sostuvieron que debe investigarse lo que el extitular de la UFI AMIA denunció cuatro días antes de ser hallado sin vida en su departamento.#
Hay cinco jueces sobre los que hoy -último día hábil antes de la feria judicial- podría recaer el expediente, sin que esto quite del juego a Claudio Bonadio, quien venía instruyendo una causa melliza por el delito de traición a la patria apoyada en una escucha clandestina entre el excanciller Héctor Timerman y el extitular de AMIA, Guillermo Borger. En ese diálogo (que ahora Casación consideró "prueba nueva" como lo pedía la DAIA) ambos discutían sobre la conveniencia de negociar con Irán por la firma del Memorándum de Entendimiento, sobre el que Nisman basó su denuncia de presunto favorecimiento de las autoridades del Gobierno K a los acusados. Bonadio tiene todos los números para quedarse con la totalidad de la denuncia: cualquiera de los sorteados podría considerar que existe conexidad entre ambos expedientes; la Sala II de la Cámara podría definir sin sorteo que esa conexión existe y remitirle las actuaciones. Pero además, sobrevive un pedido de inhibitoria que Bonadio le había planteado a Rafecas para hacerse de su causa cuando, durante 2016, se reactivó este segundo intento para lograr su reapertura.
Las defensas, a su vez, acudirán a la Corte Suprema para revertir el giro que ahora le imprimió Casación a algo que había recorrido sin éxito el mismo camino durante el año pasado. Es esperable que el máximo tribunal se saque de encima una definición alegando que el recurso no se dirige contra una sentencia firme. De todas formas, cualquier movimiento pasará a febrero de 2017 y comenzará por el medio centenar de medidas de prueba que había pedido el fiscal Gerardo Pollicita y que no tuvieron eco en Rafecas, que resaltó la floja factura de la denuncia y de las pruebas anexadas.
Definición
La esperable definición de la Sala I de Casación también tuvo su sainete. Pasado el mediodía, desde Casación filtraron a los medios de comunicación que se había concretado la reapertura, pero mientras los camaristas se encontraban aún en el proceso de redacción y restaba incluir el voto de Figueroa. La operación de prensa de la sentencia anticipada generó reproches de Figueroa, la presidente del tribunal, hacia Borinsky, y derivó en que tuviera que emitirse una comunicación oficial que confirmó que los camaristas iban a pronunciarse durante la jornada de ayer. Recién a las 16 se firmó el fallo.
Para Hornos, "la maniobra denunciada ameritaba un tratamiento más profundo de las cuestiones que habían sido planteadas para la reactivación de las actuaciones", en referencia al pedido de la DAIA, la que fue habilitada para querellar al hacer una interpretación amplia de su estatuto. Los integrantes de la Sala I no quisieron complicarse y dejaron de lado el desistimiento del fiscal de Casación, Javier De Luca, en cuya fundamentación reprochaba la intención de abrir la causa con esos argumentos y rechazó a la DAIA por no tener acreditado el poder especial para querellar, lo que hubiera cerrado el camino para la reapertura que pedían. "Es ineludible e impostergable" la reapertura, sentenció Hornos, que valoró un reclamo de "la sociedad" para que así ocurra.
Por su lado, Borinsky afirmó que para haber resuelto las sucesivas desestimaciones "no puede quedar resquicio de duda, discusión jurídica o prueba pendiente de producción". Juzgó que tanto Rafecas como la Cámara "analizaron de manera parcializada las constancias de la causa, e impidieron producir las medidas propuestas por el representante del Ministerio Público Fiscal que podrían aportar elementos a la pesquisa, que abonaran o descartaran la denuncia". Para Figueroa también fue "prematura" la decisión de cerrar la causa, pero destacó que lo que publica la prensa no puede direccionar el destino de un expediente, algo que tiñó todo el desarrollo de la causa Nisman. Agregó un ítem incómodo: reclamó que se esclarezca el origen de la escucha entre Timerman y Borger, lo que luce como el obstáculo inicial con el que se topará la reapertura.
Fuente: c3m.com.ar