Cristina Fernández de Kirchner anunció que será candidata a Presidente, sorprendiendo – eso sí- con la novedad de que ejercerá sus funciones a través de un testaferro: Alberto Fernández. “Es la primera vez en la historia de la humanidad, que un candidato a vicepresidente anuncia quien lo va a acompañar como candidato a presidente”, escriben los analistas políticos nacionales. ¿Hace falta algo más?.#
Luego del torpemente fallido “Operativo Salvataje”, encarado por una Corte Suprema de Justicia de la Nación que terminó por inhumar el poco prestigio que le quedaba a la justicia, la senadora Cristina Fernández apeló al ya pensado y cortesano Plan B: “soy yo p…”, y llamó al ex Jefe de Gabinete de su difunto esposo y amigo personal de la familia Alberto Fernández, para anunciarle que ella sería su candidata a Vicepresidente y él formalmente a Presidente.
El mismo – no otro – Alberto Fernández que una semana atrás por Radio Nacional había declarado que si (Cristina) no era candidata se tenía que ir a la casa; “yo no tengo ganas de que el gobierno esté en Uruguay y Juncal (donde vive Cristina Fernández) y en la Casa Rosada haya un títere”, afirmó cuando le preguntaron si eventualmente él sería candidato a Presidente. Igual que a la Corte, si a Fernández le quedaba un atisbo de seriedad, la perdió en el bingo del pueblo.
¿Para qué semejante exposición con Alberto Fernández?. Con anunciar que Parrilli ó su hijo Máximo serían los candidatos, les hubiera ahorrado a los analistas políticos, minutos de radio y televisión, ríos de tinta y caracteres de computación. Urtubey y Massa hicieron al toque que le creen: siguen adelante con su esquema de Alternativa Federal en sus aspiraciones presidenciales. Lavagna está por decidirse y Macri será el candidato de Cambiemos. Todo sigue como entonces; ¿valía la pena mortificar a Alberto Fernández exponiéndolo al escarnio social?.
Repercusiones locales.
"Una nueva etapa para derrotar el modelo de ajuste", tuiteó Leandro Busatto el primer candidato a Diputado provincial de Omar Perotti, que prefirió la mesura: "hasta el último minuto del cierre de listas, hay que trabajar por la unidad como se trabajó en Santa Fe" oró el candidato a Gobernador, a quien una diáspora en el PJ nacional lo pondría en una incómoda situación el 16 de junio. Sus partisanos lo obligarían a definirse entre Alternativa Federal ó Cristina.
El titular del PJ santafesino Ricardo Olivera pondera el acuerdo logrado en el PJ santafesino tras las elecciones internas entre Omar Perotti y María E. Bielsa, y aspira – vanamente – a que la experiencia se traslade a la Nación; pero el buenazo de Ricardo omite un pequeño detalle: a nivel nacional existe Cristina Fernández. Acá, Perotti y Bielsa son pares hasta que el rafaelino ganare la elección gubernamental; sólo allí (ni tampoco porque diría que no es afiliada) Bielsa podría llegar a obedecer al cultural mandato peronista: el que gana es el líder.
El candidato de Cambiemos José Corral no se quedó en medias tintas: “se develó la incógnita: Cristina Fernández de Kirchner será candidata. Alberto al gobierno, Cristina al poder. Hay en discusión dos modelos de país”, asestó.
A su turno, el candidato del FPCyS Antonio Bonfatti solo dijo a este Diario que no opina sobre candidaturas de otros partidos. El Gobernador Lifschitz aún no hizo público su pensamiento. Aguarda la señal de Roberto Lavagna, ahora en un clima político más espeso sin dudas, para definir su porvenir político.
Un detalle: hace un año, Alberto Fernández concurrió a la inauguración de la nueva Sede del CEMUPRO en CABA -el tanque de ideas del PS- donde estaban Antonio Bonfatti, Ricardo Alfonsin, Victoria Donda, el Chino Navarro y otros dirigentes de diferentes sectores.
En ese momento, Fernández era un duro crítico de su ahora manager. Como cuando hace una semana no tan sutilmente amenazó a los jueces que juzgan a Cristina “esos jueces en algún momento van a tener que dar explicaciones”, amedrentó. Expresa el columnista Joaquín Morales Sola: “Hay jueces que creen que están haciendo bien su trabajo cuando investigan la corrupción del kirchnerismo (los nombres de esos jueces los dio Alberto Fernández cuando los amenazó)”.
Agrega Sola con respecto de la degradada Corte Suprema de Justicia: “¿qué mensaje les deja la Corte a esos magistrados si se mete sin pudor en medio de un proceso ante la mera posibilidad de que algún derecho de Cristina Kirchner sea eventualmente vulnerado? El poco prestigio que le quedaba a la Corte ya no existe. No lo resolverá con la distracción del anuncio de que Cristina solo aspira a ser vicepresidenta. La Corte está a tiempo todavía de demostrar que sabe leer las leyes y que conserva la sensibilidad moral”.
Fuente: c3m.com.ar