El economista Raúl Galindez analizó en Otros Ambitos (Del Plata Rosario 93.5) la economía nacional y dijo que tras negociar durante veinte años, la Unión Europea y el Mercosur alcanzaron un acuerdo de libre comercio, que engloba un mercado de casi 800 millones de personas; el impacto primero y luego las dudas, y posteriormente entusiasmo y desesperación. Estas últimas algo exageradas ya que antes de regir plenamente, mucha agua pasará debajo del puente. Comenzando por la aprobación parlamentaria. Quienes peinan canas recordarán que, si bien en menor escala, algo parecido se vivió al constituirse el Mercosur. ¿Desaparecieron empresas? Desaparecieron. Pero no fue para tanto.#
La tranquilidad de los mercados de acciones y bonos, que se mantiene, es condición para mejorar el ánimo del inversor inmobiliario. Y de ahí, a enterrar plata hay un solo paso. Primero en plantas ya existentes. Luego Greenfield (nuevas plantas). Finalizando en adquisición de compañías preexistentes. Pero es necesario que el país haga los deberes para que invertir en él resulte rentable. Por tanto, e independientemente del discurso de cada candidato, la oferta electoral real debería ser: sudor y lágrimas en cabeza nuestra, para dejar un país en serio a hijos y nietos. Es que quien asuma a fin de año enfrentará la alternativa del diablo: reforma estructural o el desierto. Por su parte, los cazadores de zoológico también deberán reconvertirse. Es que, después de un tiempo, solo se podrá cazar en la jungla. De noche. Están avisados.
Fuente: c3m.com.ar