A poco más de un mes del fin del ciclo lectivo, los gremios docentes nacionales activarán otro absurdo paro en todas las escuelas del país -públicas y privadas-, en rechazo a los incidentes ocurridos entre la Policía y los maestros de Chubut, que mantienen desde hace cuatro meses un conflicto salarial con el gobierno del peronista Mariano Arcioni.#
La extrema y politizada decisión de los sindicatos -Ctera, Sadop y UDA- se da en un delicado contexto nacional signado además por la inminente definición de la política salarial del gobierno de Alberto Fernández -con epicentro en la provincia de Buenos Aires-, con uno de los sectores más sensibles de la sociedad.
Por lo pronto, los dirigentes-con Sonia Alesso y el preceptor Roberto Baradela la cabeza- ponen en boca del propio Fernández la posibilidad de reinstaurar la paritaria nacional docente, eliminada por decreto de Mauricio Macri en 2017.
Ante ese potencial escenario, y tal como lo informó este diario en su edición del miércoles, desde varios gobiernos provinciales reconocieron que temen una nueva intromisión de esa pauta nacional en las negociaciones locales, mientras que otros consideraron que el retorno de una paritaria centralizada garantizaría un blindaje de fondos para los distritos que no lleguen al piso salarial.
Los gremios, por su parte, aducen que durante la vigencia de aquella pauta, acordada entre el Ministerio de Educación y los sindicatos docentes, se había conseguido disminuir las diferencias salariales entre las provincias. Esa nivelación, según los dirigentes, garantizaba que ningún docente perciba un salario inferior al mínimo nacional.
“La paritaria permitió también avanzar en el mejoramiento de las condiciones de trabajo, en la formación docente gratuita y en ejercicio, y en la reducción de la conflictividad”, sostienen desde Ctera.
La innecesaria huelga no sólo castiga a miles de familias sino que erosiona todavía más el endeble sistema de educación argentino, que no logra despegar en gran medida por culpa del sindicalismo y de la dirigencia política, como en el caso de Chubut.
La distorsión del derecho de huelga, que configura una medida extrema y excepcional, va claramente a contramano de la buena educación, un valor que claramente no se sustenta con paros.
La decisión de convocar a otro paro en solidaridad con los maestros de Chubut (es el tercero del año) se tomó luego de un violento choque entre la Policía y los maestros que intentaron tirar las vallas que rodean la Casa de Gobierno, en Rawson.
La trifulca terminó con la detención del secretario general de ATECh, Santiago Goodman. Los docentes se habían reunido con el fin de exigir la renuncia del jefe de Gabinete, Federico Massoni. La confirmación de que se les descontarán los días de paro fue otro brote de lucha para una provincia que no tiene descanso.
Fuente: c3m.com.ar