La primera vacuna contra el coronavirus que se ha probado en personas parece ser segura y capaz de estimular una respuesta inmunológica contra el virus. Lo anunció su fabricante, el laboratorio de Massachusets Moderna. Es el primer caso conocido de una respuesta eficaz de las muchas vacunas experimentales que se han lanzado en distintas partes del mundo desde el inicio de la pandemia. Si los pasos siguientes van bien, la vacuna podría estar lista a fines de año o inicios de 2021, dijo un directivo de la empresa.
Los hallazgos se basan en los resultados de las primeras ocho personas que recibieron cada una dos dosis de la vacuna a partir de marzo. Son voluntarios sanos de entre 18 y 55 años, que fabricaron anticuerpos que luego fueron probados en células infectadas en el laboratorio, y pudieron evitar que el virus se replicara. Este es el requisito clave para una vacuna eficaz. Los niveles de “anticuerpos neutralizantes” coincidieron o superaron los niveles encontrados en los pacientes que se habían recuperado después de contraer el virus, señala el The New York Times.
Pese a los excelentes resultados, aún falta mucho. Además, la tecnología de Moderna, que usa material genético del virus, que es del tipo ARNm, es relativamente nueva.
Las vacunas se consideran la mejor esperanza de detener la pandemia del virus Sars-CoV-2, que ha enfermado a casi 5 millones de personas en todo el mundo y matado a 315 mil. El laboratorio Moderna, de Cambridge, Massachussets, produjo la vacuna en colaboración con el Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas, dirigido por el conocido médico Anthony Fauci, que es además asesor de la Casa Blanca. Este instituto, que forma parte de los Institutos Nacionales de Salud, también participa en la investigación de otras vacunas contra el coronavirus.
Las acciones de Moderna en Wall Street se han disparado mientras buscaba la vacuna, y subieron más del 25 por ciento a media tarde de ayer. Docenas de otras compañías y universidades también intentan crear vacunas contra el coronavirus, y varias también han comenzado a probar en seres humanos, incluyendo la farmacéutica Pfizer y su socio alemán BioNTech, la compañía china CanSino, y la Universidad de Oxford, que trabaja con la multinacional AstraZeneca.
Los expertos están de acuerdo en que es esencial desarrollar múltiples vacunas, porque la urgente necesidad de miles de millones de dosis superará con creces la capacidad de cualquier fabricante. Al mismo tiempo, existe preocupación de que este apuro podría comprometer la seguridad de una vacuna. Por lo general, las vacunas tardan años, a veces una década o más, en llegar al mercado. Sin embargo, en la pandemia anterior, la de Gripe A en 2009, se tardó menos de un año. Esa vacuna aún se usa en todo el mundo, dado que la Gripe A se hizo cosmopolita y es actualmente la gripe estacional en ambos hemisferios.
Sobre la vacuna de Monderna, la fase inicial de pruebas, la fase 1, continúa. Dos grupos de edad más, de 55 a 70 años y de 71 años o más, se están inscribiendo para probar la vacuna. Los datos de estos ensayos preliminares no se han publicado ni compartido públicamente, sino que se han presentado a la Administración de Alimentos y Fármacos (FDA), que no comenta los ensayos aún en curso. Pero la compañía dijo que esperaba poner los datos a disposición del público en los próximos meses, cuando se inicie la etapa final de las pruebas.
¿Lista a fin de año?
Moderna ha dicho que está procediendo con un calendario acelerado, con una segunda fase que involucrará a 600 personas que comenzará pronto, y una tercera fase que comenzará en julio y que involucrará a miles de personas sanas. La Administración de Drogas y Alimentos (FDA) dio a Moderna el visto bueno para la segunda fase a principios de mes.
Si los ensayos van bien, una vacuna podría estar disponible para su uso generalizado a fines de este año o principios de 2021, dijo Tal Zaks, director médico de Moderna. No está claro cuántas dosis podrían estar listas, pero Zaks señaló “Estamos haciendo todo lo posible para que sean tantos millones como sea posible”. Es probable que se necesiten dos inyecciones, con cuatro semanas de diferencia, lo que significa que, independientemente de la cantidad de dosis que se produzcan, sólo se pueda vacunar a la mitad de esa cantidad de personas.
No hay ningún tratamiento o vacuna probada contra el coronavirus en este momento. Docenas de compañías en los Estados Unidos, Europa y China están compitiendo para producir vacunas, usando diferentes métodos. Algunas utilizan la misma tecnología que Moderna, que implica un segmento de material genético del virus, ARN mensajero (ARNm).
Moderna dijo que pruebas adicionales en ratones que fueron vacunados y luego infectados encontraron que la vacuna podía prevenir que el virus se replicara en sus pulmones, y que los animales tenían niveles de anticuerpos neutralizantes comparables a los de las personas que habían recibido la vacuna. Se probaron tres dosis de la vacuna: baja, media y alta. Estos resultados iniciales se basan en las pruebas de las dosis bajas y medias. El único efecto adverso de esas dosis fue el enrojecimiento y el dolor en el brazo de un paciente en el lugar de la inyección, algo común en muchas vacunas aprobadas. Pero en la dosis más alta, tres pacientes tuvieron fiebre, dolores musculares y dolores de cabeza, dijo Zaks, añadiendo que los síntomas desaparecieron después de un día. Esto también puede ocurrir con muchas vacunas aprobadas y utilizadas en todo el mundo, como la vacuna triple y cuádruple que en estos momentos se administra en la Argentina contra la gripe estacional. Igualmente, la dosis alta será eliminada de futuros estudios, dijo Moderna, no tanto por los efectos secundarios, sino porque las dosis más bajas parecían funcionar tan bien que la dosis alta no es necesaria. “Cuanto más baja sea la dosis, más vacuna podremos hacer”, explicó Zaks.
Moderna tiene otras nueve vacunas en desarrollo, incluyendo varias para virus que causan enfermedades respiratorias. Pero ninguna vacuna hecha con la tecnología de ARNm ha llegado aún al mercado.
El trabajo sobre el nuevo coronavirus comenzó en enero, tan pronto como los científicos chinos publicaron su secuencia genética en internet. Investigadores de Moderna y del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas identificaron parte de la secuencia que codifica una proteína en forma de espiga en la superficie del virus que se adhiere a las células humanas, ayudando al virus a invadirlas.
El mecanismo
La idea de la vacuna de Moderna es inyectar el ARNm de la proteína de punta o “espiga”, del virus, y hacer que se introduzca en las células de una persona sana, que luego siguen sus instrucciones y sintetizan la proteína viral. Esa proteína debería actuar como una señal de alerta para el sistema inmunológico, estimulándolo para que produzca anticuerpos específicos que prevengan la infección bloqueando la acción de la “espiga” si la persona se expone al virus.