En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se avanzaría con la apertura de nuevas actividades comerciales, se flexibilizarían las restricciones a los deportes (se podría hacer running nocturno) y se ampliarían las salidas recreativas.
Para la provincia de Buenos Aires en lo que se refiere a AMBA la situación es diferente. “Se mantendrán las restricciones como hasta ahora”, señalan fuentes de la gobernación a Ámbito. “La prioridad la tiene la producción industrial, siempre bajo estrictos protocolos sanitarios y sin la utilización del transporte público”, sostienen.
En este sentido, una encuesta realizada por la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) muestra que los empleados del 54,5% de las empresas utilizan vehículos particulares o concurren a los establecimientos a pie, en tanto 23,5% trabajan desde sus hogares y sólo 4% contrató un servicio de traslado a cargo de la empresa.
Con relación al comercio barrial, “se autorizarán aperturas a pedidos de los municipios”, sostienen en La Plata. La mayor extensión y complejidad del territorio bonaerense que circunda a la Capital Federal determina que deban diseñarse políticas específicas a diferencia de CABA donde resulta relativamente más sencillo establecer criterios uniformes. Por ejemplo, explican, Horacio Rodríguez Larreta puede determinar, como ya hizo, que en determinadas arterias de la ciudad no se realicen actividades comerciales para evitar aglomeración del público.
A diferencia de CABA, la administración de Axel Kicillof no tiene contemplado autorizar por el momento hacer actividades deportivas como el running, siempre con relación al AMBA (en el interior de la provincia están permitidas). Con relación al esparcimiento con niños, seguirá vigente la posibilidad de realizar compras con los chicos, pero no se tienen previstas salidas diferentes. Reconocen, en esta materia, que una mayor flexibilización conlleva el riesgo de “descontrol”, particularmente en las localidades más populosas.
Tanto en fuentes de CABA como en la provincia de Buenos Aires desmienten los trascendidos en cuanto a diferencias entre los criterios de Rodríguez Larreta y el gobernador Axel Kicillof. “Trabajan coordinados porque son conscientes que si no lo hacen, se perjudicarían los dos distritos”, coinciden voceros de ambos lados.
Más aún, en fuentes de La Plata rescatan la actitud de Rodríguez Larreta al punto que “el gobernador Kicillof puede establecer con él mejores condiciones de trabajo que con algunos intendentes bonaerenses de la oposición”. Si bien no hacen nombres, cabe recordar que en los últimos días, el intendente de Vicente López, Jorge Macri, formuló críticas a las políticas de la provincia, cuestionando aspecto como la política de apertura de comercios barriales.
Flexibilización de la cuarentena
En principio, el presidente extendería nuevamente por dos semanas las restricciones. La intención de las autoridades, tanto en el plan nacional como provincial, es continuar flexibilizando la cuarentena. Al respecto, los equipos de gobierno están evaluando cuidadosamente el “humor social” que, naturalmente, tiende a deteriorarse a medida que se prolonga el aislamiento.
El dato positivo que manejan las autoridades es la evolución en la cantidad de casos abre un “cauto optimismo” en cuanto a la evolución de la pandemia. Pero al mismo tiempo tienden a crecer las preocupaciones por la economía.
En abril el coronavirus le preocupaba más que la economía al 80% de la población y sólo 16% afirmaba estar más preocupado por la economía, según una encuesta de la consultora Synopsis. La última medición, correspondiente a fines de mayo, arroja que se han invertido los números, ahora mayoritariamente preocupa más la economía – 49% de los consultados – contra 47% que manifiestan que el coronavirus es la principal preocupación.
Los datos macroeconómicos muestran las dificultades que provoca la continuidad de las medidas de aislamiento. Por caso, la recaudación en aportes y contribuciones patronales tuvo una caída de 23% interanual en mayo, descontada la inflación. El retroceso en la recaudación se conjuga con un mayor gasto público. En conjunto, la asistencia del Estado demanda 5% del PBI, según la Oficina de Presupuesto del Congreso. Más aún, ahora el gobierno se enfrenta con la decisión de evaluar si extenderá las ayudas a las empresas ante la proximidad del aguinaldo de mitad de año.