Las estimaciones de las consultoras privadas habían advertido sobre una aceleración en la suba de alimentos, el rubro con mayor incidencia en el índice de Precios al Consumidor (IPC), luego de que el Gobierno autorizara a mediados de julio correcciones al alza en los planes de Precios Máximos, de entre 2% y 4,5% y en los Precios Cuidados, de entre 4% y 6%.
Sin embargo, alimentos y bebidas apenas mostraron una variación del 1,3%, solo 0,3 puntos por encima de lo que treparon el mes previo. Según lo explicado en el informe del INDEC, esto sucedió porque “los incrementos observados en infusiones, frutas, carnes y derivados, y pescados y mariscos fueron parcialmente compensados por la retracción en algunas verduras, tubérculos y legumbres”.
La mayoría de las consultoras habían estimado una inflación superior a la que hoy dio a conocer el instituto oficial de estadísticas públicas. La mediana de las estimaciones registradas en el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que realizó el Banco Central (BCRA) había arrojado una inflación esperada del 2,4% para julio.
En línea con una mayor apertura de actividades y un mayor relevamiento de precios, luego de las estrictas cuarentenas para prevenir los contagios de Covid-19, la inflación se había acelerado en junio hasta el 2,2%, desde el 1,5% observado en abril y mayo. Si bien se esperaba una cifra similar para julio, la información oficial exhibió una desaceleración.
Nuevamente, el congelamiento de los precios regulados por el Gobierno volvió a contribuir para que la inflación no se dispare. La estabilidad en las tarifas de servicios públicos, planes de telefonía celular y servicios educativos explicaron por qué estos precios crecieron solo un 0,5% en julio.
De acuerdo a lo ya comunicado por el Gobierno, las tarifas no tendrán cambios de acá a diciembre. Mientras tanto, se prevé un aumento en septiembre para las comunicaciones.
Paralelamente, los precios estacionales tampoco sufrieron saltos importantes y redondearon una suba promedio del 0,9%. INDEC explicó que esto respondió a las mencionadas bajas en verduras, tubérculos y legumbres.
De esta manera, los precios acumularon una suba del 15,8% en lo que va de 2020 y un incremento del 42,4% respecto a julio de 2019.
Desde el BCRA sostuvieron que “la acotada volatilidad cambiariafavorecida por la política de flotación administrada contribuyó a que la inflación interanual continuara descendiendo respecto a 2019″.
“Si bien se espera que el reacomodamiento de precio de algunos servicios con la reapertura de actividades impacten en el nivel general en los próximos meses, el proceso de convergencia a menores niveles de inflación seguirá afianzándose”, agregaron.
Respecto a la situación de las naftas, que en los últimos días fue objeto de debate, el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) dijo que las correcciones dependen “del análisis de la estructura de costos y del objetivo de recomponer la situación económico-financiera de YPF”, siempre teniendo en cuenta que “los combustibles tienen efecto no sólo sobre ‘llenar el tanque’, sino además en el costo de levantar la cosecha y de distribución de productos”.
Las consultoras y entidades financieras que participaron del REM esperan una aceleración de los aumentos en los próximos meses, aunque con más retardo respecto a lo que esperaban anteriormente. Según sus cálculos, los aumentos se estabilizarían en torno al 4% mensual a partir de noviembre mientras que la inflación para el acumulado del año cerraría por debajo del 40%.