Por: Darío H. Schueri – Desde Santa Fe.
La épica “125” del 2008 quizás nunca más se reedite tal como fue; pero su espíritu se reencarnó 12 años más tarde en la ciudadanía con otra fisonomía: los banderazos y bocinazos (y porque no, a pesar de los vanos intentos gubernamentales por disuadirlos utilizando la pandemia, concentraciones). Político y gobernante que no tome nota de ello, estarán caminando sobre un peligroso desfiladero.
La sociedad, ergo “clase media” que suele decidir – al menos en esta Provincia – las elecciones, ganó la calle. Peligrosamente. Y se retroalimenta en función de una errónea interpretación de la democracia ateniense, que le dio otra estética al ágora helénica, cada vez que la política, y lo que es peor, la justicia, retrocede.
Un hecho policial ocurrido en Santo Tomé con un policía-remisero (que avala al Ministro Saín cuando asegura que un policía no puede ganar 30 mil pesos) que mató a dos personas que intentaban asaltarlo, derivó en una “mini pueblada” frente a Tribunales, ¿obligando? a cambiar la carátula de la causa para esperar el juicio en libertad.
Otra muestra: el pasado lunes 17 durante la marcha en esta capital, un vendedor ambulante ofrecía banderitas argentinas con la leyenda “que se vayan todos”. Tomamos una foto de un vehículo con una de ellas agitándose a través de la ventanilla, y la subimos a nuestro twitter; inexplicablemente hubo una explosión de “me gusta” como nunca antes había ocurrido con un posteo.
El SARS-CoV- 2, esquivo y enigmático aún para los científicos, podría tener una tasa de letalidad impensada si se lo quiere manipular irresponsablemente con fines políticos. Sin contar otro agente infeccioso, creado en este caso en los laboratorios del Instituto Patria que amenaza ser más mortífero que el Covid: la reforma judicial.
El Covid en Santa Fe.
A pesar del fundado temor por una “espiralización” de casos (predichos por los expertos para esta época), en Santa Fe no habría motivos – hasta ahora- para entrar en pánico. Desde el inicio de la pandemia tenemos una tasa de letalidad del 1%, mientras que el 65% de los afectados se recuperaron. Y hasta podrían donar plasma.
Comparativamente en lo que va del año, la inseguridad en la Provincia se cobró 230 vidas, la cifra más alta en idéntico período de los últimos cuatro años (por Covid murieron 51 personas) según informan desde la Secretaría de Política Criminal y Derechos Humanos del Ministerio Público de la Acusación.
Ejemplo sureño.
La Municipalidad de Venado Tuerto a cargo del joven radical Leonel Chiarella (30 años), puso en práctica un sistema muy eficiente (que debería haberse utilizado en marzo con los provenientes del exterior y los adultos mayores antes de enjaular a todo un país) que consiste en testear preventiva y semanalmente geriátricos y hogares de ancianos, “una franja vulnerable de la población y con mayor posibilidad de desarrollar complicaciones en la salud”, explica Chiarella.
Desde que se comenzó la cuarentena se realizaron en Venado Tuerto un total de 6.072 test, en un trabajo coordinado con Salud Regional donde se suma el CEMAR; “la importancia de los testeos permite detectar tempranamente nuevos casos de Covid-19”, afirma el intendente venadense.
Por lo visto, tan difícil no es. Al virus no se lo detiene únicamente con controles policiales; se lo aísla con testeos.
Política y pandemia.
Otro frente de tormenta se abrió sobre el filo de la semana que pasó con la compra de 220 camionetas para la policía por más de 400 millones de pesos de manera directa, encuadrada en las causales que prevé la ley de administración financiera, y no dentro de la Ley de Necesidad Pública, pues precisamente el artículo que el proyecto de ley preveía autorizar a contratación directa se quitó en el tratamiento legislativo, porque ya existía una norma que autorizaba, probando sí la urgencia, la imposibilidad de haber previsto la necesidad, y que se compre al más barato.
Hete aquí en el último considerando el punto de la polémica: ¿era Escobar Automotores la firma de esta capital más barata?. El FPCyS está elaborando pedidos de informes al respecto.
Precandidaturas en precalentamiento.
El episodio de las camionetas policiales, es una de las tantas cargas de profundidad que se arrojan desde la superficie para averiar el submarino adversario.
El Ministro Saín dispara sobre su antecesor – y empleador – Maximiliano Pullaro, acusándolo de peculado (usar plata que tiene un destino, para otro fin) ó asociarlo con el joven rafaelino Andereggen, ex funcionario de Seguridad en épocas del ahora diputado, acusado de amenazas por juego clandestino, con el elíptico objetivo de impactar en el principal -y esquivo- adversario: Miguel Lifschitz, a quien suponen el rival directo del crédito de Omar Perotti para la senatorial nacional: Roberto Mirabella, quien dicho sea de paso deberá pasar la prueba del ácido de la ley de reforma judicial.
Y si de precandidatos se trata, en la vereda opuesta se apiñan los aspirantes a ocupar una de las 12 bancas a renovar el año que viene por Santa Fe en ambas cámaras del Congreso nacional.
Mario Barletta, José Corral, Maximiliano Pullaro, Felipe Michlig por ahora asoman como pretendientes del radicalismo, que deberá otra vez columpiar entre las facciones FPCyS y Juntos por el Cambio, dicotomía que salomónicamente zanjará el Congreso partidario provincial con la habitual “libertad de acción”, para no colisionar con el mandato nacional de jugar únicamente en Juntos por el Cambio.
Precisamente Juntos por el Cambio pone en juego en el 2021 cinco de las nueve bancas de diputados nacionales a renovar (Albor Cantard, Lucila Lehmann, Gisela Scaglia, Luciano Laspina, Pedro Gonzalo del Cerro terminarán su mandatos) para las cuales, junto con la del senador Carlos Reutemann pugnarían, salvo el propio Reutemann, algunos de los diputados salientes, mas Federico Angelini, Roy López Molina, ¿Amalia Granata? Y los radicales Mario Barletta y José Corral.
Fintas de la política en el momento más álgido de la pandemia, con el Gobernador Perotti estudiando si retrocede provincialmente a la fase sanitaria 3, lo cual para La FECECO sería un “golpe de knot out”. Por ahora, el Gobernador, razonablemente creemos, prefiere esperar y seguir sectorizando los regresos de fase.
No hay que perder de vista que estamos en una 125 en estado latente.