Cuando el martes por la tarde finalizó la primera reunión del Comité de Vacunación, los funcionarios dijeron a la prensa que el operativo que preparaban para suministrar las dosis iba a ser “épico”. Menos de 24 horas después, Casa Rosada preparaba un funeral en tiempo récord para un millón de personas y abría sus puertas para despedir a (todavía cuesta tipearlo) Diego Armando Maradona. No pudo ser. El adiós masivo, que comenzó ordenado, finalizó con hinchas ingresando a la sede de Gobierno y colgados de las rejas que la separan de la Plaza de Mayo en una imagen que se asemejaba mucho a la de los fanáticos del fútbol en los alambrados, solo que esta vez, la locación era otra, aunque el aliento era el mismo.
Cuando el martes por la tarde finalizó la primera reunión del Comité de Vacunación, los funcionarios dijeron a la prensa que el operativo que preparaban para suministrar las dosis iba a ser “épico”. Menos de 24 horas después, Casa Rosada preparaba un funeral en tiempo récord para un millón de personas y abría sus puertas para despedir a (todavía cuesta tipearlo) Diego Armando Maradona. No pudo ser. El adiós masivo, que comenzó ordenado, finalizó con hinchas ingresando a la sede de Gobierno y colgados de las rejas que la separan de la Plaza de Mayo en una imagen que se asemejaba mucho a la de los fanáticos del fútbol en los alambrados, solo que esta vez, la locación era otra, aunque el aliento era el mismo.