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Schueri: "Lifschitz no va a conseguir la reeleccion"

 

Por: Darío H. Schueri – Desde Santa Fe.#

Argentina se encamina definitivamente a un cambio de era socio político cultural y tecnológica. Quienes no lo adviertan quedarán inevitablemente fuera del sistema solar.

La batalla moral estaría casi perdida si no fuese porque, a pesar de todo y aunque sea por un individualista sentido de auto preservación, a la decisiva sociedad electoral de clase media la escandalizan los excesos de corrupción de cierta clase política, gobernante y sindical (aún no empresarial).

El catedrático y escritor español Enrique Rojas describió magníficamente hace 17 años: "ha surgido un nuevo tipo humano en la sociedad occidental del bienestar (…) hedonista y materialista, cuya única meta en la vida consiste en alcanzar el éxito (…) un hombre infeliz e inseguro, vulnerable e indiferente que ha hecho de la permisividad su nuevo código ético y que va desde la tolerancia ilimitada a la revolución sin finalidad".

Nosotros acotaríamos humildemente, pero que aún se exalta ante la grandilocuencia de la corrupción expuesta.

La encuestadora local Alejandrina Retamar reflejó ese comportamiento colectivo de la clase media en una reciente encuesta, donde se manifiesta que el Presidente Mauricio Macri aún tiene aire entre la población aunque ésta desconfíe de la economía. Aún la moral (temor al kirchnerismo saqueador) puede contra el bolsillo.

El llenado de plazas el 1º de abril y el boicot al paro general de la desvencijada CGT así lo prueban. Macri tomó nota de ello y ahora va por el saneamiento gremial; algunos sindicalistas están evidenciando por estas horas las dolorosas consecuencias del cambio de humor social, hastiado por la torpeza que los obnubiló, creyéndose iluminados por el destino.

Es dable esperar que la anemia gremial que pudiera llegar a producirse, no dé paso a la voracidad libremercadista empresarial que termine condenando a la clase trabajadora a la precariedad laboral. La recuperación de la fábrica de llantas Mefro Wheels en Rosario, con el encomiable trabajado sindical junto al gobierno provincial abrigaría esperanzas de que aún los anticuerpos están listos para actuar.

Así la cosas, en esta nueva ronda electoral intermedia 2017 quienes aspiren a cargos electivos deberán elaborar puntillosamente sus discursos; aún para pronunciarlos ante sus seguidores sin ofenderles involuntariamente el poder de raciocinio.

Vociferar, por ejemplo, que el gobierno nacional es insensible a los problemas sociales cuando, precisamente el gasto social (o la inversión, de acuerdo a como se lea) es la más grande de los últimos tiempos es, cuanto menos, desubicado. Cómo se orientan esos recursos es otro debate.

Criticar en Santa Fe a la gestión de Lifschitz por la falta de obra pública, cuando en las licitaciones se presentan oferentes de otras provincias porque no alcanzan con los locales debido a la gran cantidad de obras encaradas, es rigurosamente insensato. Se están invirtiendo unos 20 mil millones de pesos.

Todo el mundo reconoce en su fuero íntimo que la "seguridad cero" es imposible de lograr (como la pobreza cero, a menos que se la tome como un símbolo). Pero nadie deja de advertir que el despliegue policial y las acciones tácticas contra el delito (común y complejo) han mejorado en la Provincia de Santa Fe.

El narcotráfico, además del accionar estatal, se combate también desde la hipocresía social. Del mismo modo que se concientiza contra la trata de personas con la consigna "si no hay clientes no hay trata", bien se podría señalizar: "si no hay consumo no hay narcotráfico".

Rumbo a las elecciones

En los boxes políticos ya hay preparativos. La clasificatoria del 13 de agosto (PASO) tienen su cierre de aspirantes el 12 y 22 de junio respectivamente (elecciones provinciales y nacionales). Audaces pilotos hay muchos, la cuestión es hallar escuderías y sponsor.

La Provincia de Santa Fe tendrá la particularidad de mostrar en las elecciones que vienen una contradictoria "polarización atomizada" entre seguidores, más o menos acérrimos, del anterior modelo que gobernó el país y por el cual predicarán sus representantes electorales (Rossi por ejemplo); sumado a los sempiternos demonizadores del libre mercado (con Giustiniani y Del Frade como estandartes), y el resto de la sociedad que apuesta a "lo nuevo" (Cambiemos).

En el medio estará el FPCyS armonizando posturas.

De tal manera, es muy difícil que la marca socialista ponga en pista a su mejor piloto, Antonio Bonfatti, si no es para ganar por amplia diferencia. Sólo unos segundos (puntos) de diferencia ante Laspina, Barletta, Boasso (los probables competidores clasificatorios de Cambiemos) sería considerada una derrota para quien viene de liderar las elecciones hace dos años atrás.

Ahora bien, si en la competencia llegaren a participar Omar Perotti, José Corral, Rubén Giustiniani, la escudería Progresista estaría obligada a poner en carrera a su mejor hombre: Antonio Bonfatti. Caso contrario, se apelará al piloto que mejor performance pueda lograr. Claudia Balagué (que acaba de cerrar exitosamente las paritarias y ahora va por la Ley de Educación) y Luis Contigiani (autor intelectual junto al Ministro Saglione del Fondo de Inversión y Desarrollo) encabezan las preferencias.

El radicalismo NEO apela a su crédito: el Ministro de Seguridad Maximiliano Pullaro, a quien, sensatamente y para evitar cosquilleos en un área tan sensible como el Ministerio de Seguridad, el propio Gobernador Lifschitz señaló que "preferiría no perderlo" como su hombre en el área hasta finalizar el mandato. O un poco antes, mediados del 2019 si Pullaro decidiese presentarse como candidato a Gobernador.

De todo modos, el socialismo dejará bien en claro ante sus socios radicales NEO que la lista de Diputados nacionales la encabezará un candidato socialista. De la misma manera les hará saber que no consentirá armados de listas por afuera del FPCyS.

En el campamento Cambiemos las cosas no serán menos tormentosas;  ya comenzaron con una devastadora operación política-mediática en el Diario La Capital de Rosario contra uno de sus socios y presidente del radicalismo provincial Julián Galdeano.

Mario Barletta piensa que para lograr una lista de unidad en Cambiemos debería encabezarla un candidato radical, proposición con seguridad inaceptable para el PRO; aún si el nominado fuese José Corral. Han pasado cosas desde la Convención provincial radical.

De todos modos, Barletta asegura que en las próximas dos semanas "con el PRO" se definirá la cuestión. Otros no son tan optimistas con los plazos; aun restan 60 días para el cierre de listas.

En el peronismo en proceso de rearmado (desde el 2007 que perdió la gobernación santafesina) se anima a disputar una banca en la Cámara de Diputados de la Nación (que ocupó hasta el 2015) la actual diputada provincial Claudia Giaccone, apelando a los sentimientos icónicos del Movimiento junto a su compañero de bancada Julio Eggimann dentro de un espacio no menos evocativo: "mítica peronista".

Agustín Rossi, quizás junto a una compañera de lista del sindicalismo docente santafesino, seguirá levantando las banderas del FPV; mientras los senadores y la liga de presidentes comunales, concejales  e intendentes sondean aspirantes.

Todo esto ocurre mientras el mundo ignora que dos presidentes con alucinaciones divinas están a punto de enfrascarse en lo que podría ser el inicio de una conflagración mundial devastadora. Curiosamente el Vaticano, y otros credos, apelando a la fuerza de la oración, no convocaron a sus fieles a implorar para que la razón ilumine a estos líderes suicidas.

 

 

Fuente: c3m.com.ar