El primer paro nacional contra el Gobierno de Mauricio Macri se sintió con fuerza en todo el país por la adhesión monolítica de los gremios de la CGT y las CTA y la influencia de piquetes y falta de transporte. Las centrales obreras calificaron la medida de "contundente" mientras que el Gobierno lo tildó de "innecesario" y con un baja acatamiento".#
La huelga paralizó a la Argentina, lo que generaría pérdidas por 15.000 millones de pesos según estimaciones oficiales, al no funcionar ómnibus urbanos, de corta, media ni de larga distancia, de igual modo que trenes, subtes en la Capital Federal. Tampoco hubo vuelos, ni internacionales ni de cabotaje, mientras que un sector de los taxistas decidieron trabajar, y hubo un intenso movimiento de remises.
Mientras aquellos que llegaban a la Capital Federal en su automóvil pudieron circular libremente -con la excepción de un corte que interrumpió por algunas horas la intersección de las avenidas Corrientes y Callao- y se vieron beneficiados por la decisión oficial de liberar los peajes en autopistas y permitir libre tránsito y estacionamiento en la Ciudad.
La mayor dificultad la tuvieron los que querían llegar desde el conurbano, que por la mañana debieron soportar cortes y demoras en los ingresos desde Puente Uriburu, Puente Pueyrredón, Puente La Noria, Panamericana y Ruta 197, y Acceso Oeste a la altura del Hospital Posadas, entre otros puntos.
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El triunvirato de la CGT calificó al paro como "contundente" y que tuvo un impacto "similar en todas las regiones del país". Así lo afirmó Héctor Daer al hacer una evaluación de la primera medida de fuerza en la sede de la central obrera de la calle Azopardo.
En tanto, el secretario general de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), Hugo Yasky, aseguró que "el paro nacional" era "prácticamente total", con un acatamiento superior al "90% " en todo el país.
En conferencia de prensa junto a su colega de la CTA Autónoma, Pablo Micheli, al líder del gremio de docentes SUTEBA, Roberto Baradel, y a otros dirigentes sindicales, Yasky advirtió que si el gobierno de Mauricio Macri "no escucha los reclamos" de los trabajadores, continuará el "plan de lucha".
Por la mañana, casi al mismo tiempo que la central obrera hacía una primera evaluación de la medida, el presidente Mauricio Macri comenzaba una disertación en el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) para América Latina, que arrancó con un sugerente "qué bueno que estemos todos acá trabajando".
En el WEF, que se celebró por primera vez en la Argentina como un guiño a sus políticas, resaltó los convenios firmados con distintos sectores, como el de la construcción y el automotriz, aunque lamentó que "siempre se comunica más el conflicto que el acuerdo".
• Protocolo antipiquetes y detenidos
Hubo incidentes en la Autopista Panamericana por el enfrentamiento manifestantes de izquierda con gendarmes y en el interior del país se registraron algunos episodios de violencia: las víctimas fueron trabajadores, por ejemplo taxistas, que habían optado por no plegarse a la medida de fuerza de las centrales obreras nacionales.
Los cortes fueron realizados mayoritariamente por agrupaciones de izquierda, y despertaron la crítica de los gremios, que dejaron en claro que no apoyaban esa modalidad. "La medida de fuerza es contundente aun sin ese tipo de medidas, a las que a nosotros no adherimos", dijo el secretario de Prensa de la CGT, Jorge Sola, que aseguró que los sectores que interrumpían el tránsito "pertenecen a perfiles políticos y no gremiales".
En un principio, se registraron algunos incidentes menores, que incluyeron empujones y gritos, entre los manifestantes y el personal de seguridad en el Puente Pueyrredón. Pero el foco de mayor tensión fue sobre el acceso Norte, en la ruta Panamericana en su intersección con la ruta 197, que impacta en la mano que ingresa a la ciudad de Buenos Aires.
Allí, minutos después de las 8, Gendarmería activó el protocolo antipiquetes y tras avanzar, luego negoció la liberación de un carril. Pero más tarde los efectivos volvieron a la carga y desalojaron completamente la autovía pese a la resistencia de los manifestantes que reaccionaron arrojando palos y piedras. Por los incidentes hubo seis detenidos.
Desde tempano, el Gobierno había apostado fuerzas de seguridad en los puntos estratégicos donde suelen realizarse los cortes, y antes de las 9 de la mañana la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, avisó que iban a aplicar el protocolo antipiquetes para permitir el libre tránsito.
Fuente: c3m.com.ar