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Macri se reunirá con Trump, Xi Jinping, Merkel, Putin y Francisco en los próximos cuatro meses

Mientras mejora su práctica de aikido en Olivos, Mauricio Macri planifica una exhaustiva agenda internacional que ejecutará antes de las elecciones primarias de agosto. El Presidente tiene previsto viajar a Washington, Pekín, Hamburgo y Roma para profundizar una compleja hoja de ruta que apunta a consolidar su liderazgo regional y a empujar al Mercosur como bloque político y económico ante la incertidumbre mundial causada por Donald Trump, el Brexit, la ofensiva de Moscú, la crisis de refugiados y la amenaza perpetua de ISIS.#

Hace unas semanas, Susana Malcorra se encontró en Bonn con Rex Tillerson, secretario de Estado de la administración Trump. La canciller solicitó que se respeten los acuerdos firmados por Macri y Barack Obama respecto al comercio de limones y a las facilidades para obtener la visa para ingresar a los Estados Unidos. Tillerson contestó que eran dos temas que estaban afuera de su área de gestión, y se comprometió a preguntar si era posible cumplir con los pedidos de Malcorra.

Obviamente, el secretario de Estado no podía contestar que el lobby de California -aportante de la campaña de Trump- se enfrenta a la importación de limones argentinos, y menos aún asegurar que la Casa Blanca respetaría un acuerdo bilateral referido a facilitar el ingreso de argentinos a los Estados Unidos, cuando ya se conoce la postura de Trump respecto a los latinos que pretenden viajar al Norte para estudiar, conocer o cumplir el sueño americano.


Tras la presentación de estos dos temas clave, Malcorra propuso a Tillerson que Macri visite a Trump para concretar una agenda de trabajo en Washington. El secretario de Estado aseguró que el mandatario estadounidense tenía intenciones de recibir al presidente argentino en la Casa Blanca y preguntó a Malcorra si tenía prevista alguna fecha especial para la gira de Macri. La canciller aseguró que el Presidente podía viajar hacia fines de abril o para principios de junio. Tillerson anotó la propuesta y quedó en contestar antes que finalizara marzo.

Para Macri es ideal llegar a Washington en abril. No es un capricho, sino la necesidad de conocer qué piensa realmente Trump sobre China y su peculiar economía de mercado. El Presidente arribará a Pekín a mediados de mayo y prefiere tener la información del Salón Oval antes de cerrar nuevos acuerdos con Xi Jinping, el líder chino que se enfrenta a Trump con suma cautela en los cinco continentes.


China pretende convertirse en la primera potencia mundial con un tono pacífico y apalanca en la cooperación y en las relaciones multilaterales. Washington ya descubrió la estrategia de Pekín y exhuma una antigua investigación académica de Henry Kissinger: el controvertido secretario de Estado probó que pocas veces se dirime en paz una puja de poder mundial entre una potencia que declina (supuestamente Estados Unidos) y otra que intenta ocupar su lugar en el sistema internacional (China).

En este sentido, Macri no quiere quedar atrapado en esta dialéctica de poder y prefiere conocer directamente por Trump su opinión sobre China y sus pasos geopolíticos en América Latina. El Presidente conoce lo que dice públicamente su colega norteamericano, pero ya se sabe que las declaraciones políticas no siempre coinciden con las opiniones reservadas dos jefes de Estado comparten en una gira oficial. Por eso, Macri prefiere viajar a Washington hacia fines de abril, aunque aún no estén resueltos los temas vinculados a los limones y las visas.

"Nos gustaría llegar a la Casa Blanca con todo resuelto, pero si nos dan a elegir, queremos ir a China con la información completa", comentó un funcionario del gobierno que vive a la sombra de Macri.

-¿Y si no hay fecha para abril, cuando sería?-, preguntó Infobae.

-A mediados de junio, eso es lo que arreglaron Malcorra y Tillerson cuando se encontraron en Bonn.

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La visita de Macri a China apunta a consolidar las relaciones de Argentina y el Mercosur con esta potencia mundial. El Presidente pretende hacer acuerdos vinculados a la energía renovable, al turismo y al desarrollo de infraestructura, sin perder de vista la importancia que tiene el comercio chino vinculado a la agroindustria. Está pendiente la construcción de centrales nucleares en la provincia de Buenos Aires, un negocio estratégico para Pekín y un fuerte dolor de cabeza para Trump. La administración republicana rechaza que los chinos construyan centrales nucleares en América Latina, esencialmente aquellas que funcionan con agua pesada.


A principios de julio, Macri viajará a Hamburgo para participar del G-20. Será una cumbre histórica, ya que el Presidente recibirá oficialmente la tarea de organizar el próximo G-20 en Argentina. Macri además se reunirá con Ángela Merkel y tendrá una bilateral con Vladimir Putin, el líder ruso.

El Presidente y Putin no se llevan y todas las audiencias terminaron igual: Macri pidiendo que se baje la tasa de interés del crédito que la banca ruso ofrece para la represa de Chihuido, y el Presidente de la Federación Rusa diciendo que no.

Si no hay cambios en la agenda bilateral, Macri dejará Hamburgo y volará sin escalas a Roma. Francisco lo invitó a Santa Marta, un gesto que exhibe cómo han mejorado las relaciones políticas y personales entre el Papa y el Presidente. La cita sería el 9 julio.

Fuente: c3m.com.ar