Si bien tiene una tasa de agresividad menor, un paciente podría contagiar antes de que comiencen los síntomas. Los hallazgos dan pistas para frenar su propagación. La nueva cepa de coronavirus es menos mortal que el SARS (Síndrome Respiratorio Agudo Severo), pero más transmisible, ya que al parecer se puede propagar incluso antes de la aparición de los síntomas. Así se arrojan virus para frenar su expansión.#
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"Lo que hemos visto hasta ahora es que esta enfermedad no es tan violenta como el SARS (provocada por otra cepa de coronavirus en China en 2002)", declaró Gao Fu, responsable del Centro chino de Control y Prevención de Enfermedades.
"Tenemos la impresión de que hoy por hoy la propagación de este virus es más rápida que el SARS, pero que en cambio su mortalidad es netamente inferior", coincidió la ministra francesa de Sanidad, Agnès Buzyn, en cuyo país se detectaron los primeros casos de Europa.
La nueva cepa, bautizada 2019-nCoV, y la del SARS pertenecen a la misma familia de los coronavirus y en el plano genético tienen 80% de similitudes.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la epidemia ocurrida entre 2002 y 2003 dejó a nivel mundial 774 muertos entre 8.096 casos antes de ser atajada, es decir, con una tasa de mortalidad de 9,5% (frente a 34,5% de otra epidemia provocada por un coronavirus, el MERS).
El nuevo virus dejó hasta ahora 81 muertos, todos ellos en China, de los 2.744 casos detectados (más de 40 en el extranjero), equivalente a una tasa de mortalidad inferior a 3%.
Sin embargo, esta cifra es solo indicativa: se desconoce el número real de personas infectadas porque los pacientes con apenas o sin síntomas no son contabilizadas.
"La tasa de mortalidad parece bajar con el paso de los días, a la par con un mayor número de casos detectados", aseguró Buzyn.
Científicos del Imperial College de Londres estiman que "como media, cada caso (de paciente portador del nuevo coronavirus) infectó a 2,6 personas más". Llamada "tasa de reproducción de base" o R0, esta medida es importante para comprender la dinámica de una epidemia.
En el caso del SARS, se estima que cada caso infectaba un promedio de 2 a 3 personas (como la gripe), pero con grandes disparidades: existían "súpertransmisores" capaces de contaminar a decenas de personas. Mientras que con el nuevo virus, hay una cuestión crucial: en qué estado de infección el paciente pasa a ser contagioso.
"El contagio es posible durante el periodo de incubación", es decir, incluso antes de que aparezcan los síntomas, adelantó el domingo Ma Xiaowei, director de la Comisión Nacional de Salud de China. "Es muy diferente al SARS", insistió.
Esta hipótesis se basa sin embargo en la observación de varios primeros casos y todavía no está confirmada.
"Si eso es algo inhabitual, tendrá un impacto mínimo en la evolución de la epidemia, pero si es frecuente, será cada vez más difícil de controlar", explica el virólogo Jonathan Ball, de la Universidad de Nottingham, en Inglaterra. Sobre todo habida cuenta de que el periodo de incubación puede prolongarse hasta dos semanas, según las estimaciones.
La enfermedad provocada por el nuevo coronavirus y el SARS tienen síntomas comunes, según la observación de los 41 primeros casos detectados en China. Todos los pacientes sufrían neumonía, casi la totalidad tenía fiebre, tres de cada cuatro tosían y más de la mitad tenía dificultades respiratorias.
Pero "hay diferencias notables con el SARS, como la ausencia de síntomas que afectan las vías aéreas superiores (congestión nasal, dolor de garganta, estornudos)", afirma el doctor Bin Cao, autor principal de estos trabajos publicados el viernes en la revista The Lancet.
La edad media de los 41 pacientes es de 49 años y menos de un tercio sufría enfermedades crónicas (diabetes, problemas cardiovasculares…). Casi un tercio presentaba una afección respiratoria aguda y seis murieron.
Si bien no se pueden sacar conclusiones generales debido a los pocos pacientes controlados, estas observaciones permiten elaborar un primer cuadro clínico de la enfermedad, muy útil habida cuenta de que el nuevo coronavirus presenta síntomas parecidos a la gripe invernal, dificultando si diagnóstico.
No existe ni vacuna ni medicamento contra el coronavirus y la asistencia médica consiste en tratar los síntomas.
La epidemia del SARS fue contenida en varios meses gracias una amplia movilización internacional. China impuso estrictas medidas de higiene a su población, además de dispositivos de aislamiento y cuarentena.
También prohibió el consumo de gatos de algalia, mamífero por el que el virus se transmitía al hombre.
En el caso del nuevo virus, se desconoce por ahora qué animal desempeña este papel de intermediario. Entre tanto, China prohibió el comercio de todos los animales salvajes.
Fuente: c3m.com.ar