Otro golpe para las reservas del Banco Central En esta oportunidad la baja alcanzó los u$s169 millones en gran medida por importantes ventas en el mercado de cambios que efectuó la entidad (en torno a los 200 millones de dólares). De esta manera, las reservas terminaron en 30.480 millones de dólares, niveles del 2006.
Si bien en el Gobierno como en el BCRA hay preocupación por el ritmo de caída, confían en que habrá un paliativo. Desde el Central están negociando con las cerealeras para que liquiden alrededor de u$s2.000 millones. Esto es parte del stock que aún tienen.
La negociación, que contó con reuniones entre el presidente del Central –Juan Carlos Fábrega– y los cerealeros, aún no está cerrada. Tampoco cuántos de esos 2.000 millones pueden ingresar ya al mercado de cambios para que engrosen las reservas.
Está en discusión cómo entrarán. Según versiones, una idea sería que las cerealeras adquieran una Letra del BCRA (una especie de bono) que permita darles liquidez. Este instrumento sería en pesos y se baraja la alternativa de que tenga como ajuste la devaluación del tipo de cambio oficial. O sea, que las cerealeras adquirirían esta Letra que paga como los títulos tradicionalmente conocidos como "dollar linked" en el mercado local. De todas formas, no está claro cuánto del stock que tienen estas compañías irá a esa Letra que eventualmente emita el Central.
Sea como fuese, lo cierto es que no está clara la idea del nuevo equipo económico. Por un lado, se muestran medidas de mediano o largo plazo (mejor el clima de inversiones arreglando con Repsol, los juicios en el CIADI ya resueltos, un nuevo IPC Nacional a pedido del FMI, negociaciones con los holdouts), pero en lo inmediato las reservas siguen en caída libre.
Es más, desde que asumieron los nuevos funcionarios (o sea, el 18 de noviembre) las reservas caen u$s1.784 millones. No significa que haya más incertidumbre con el cambio de nombres, sino que la tendencia que venía de la gestión de Marcó del Pont y Lorenzino se mantiene. En realidad, los desequilibrios macroeconómicos y la falta de acierto en las políticas es lo que pasa factura.
"Está bien que busquen nuevo financiamiento para que ingresen dólares. Pero si no hacen que aquíl que se la quiera llevar lo haga a un precio más parecido al blue, no van a tener íxito", indicaban desde una entidad privada.
A todo eso, por ahora, las únicas medidas concretas para paliar el díficit de los dólares fueron aumentar el impuesto para el dólar turista (de 20% a 35%) y atacar los denominados "autos de alta gama" con tambiín mayores alícuotas.
"Las medidas conocidas hasta ahora no alcanzan a resolver el problema de la escasez de divisas. Pueden servir para ganar tiempo, pero se requiere un enfoque más general, poniendo ínfasis en devolver competitividad a la economía argentina", dice un informe de la IERAL.
Fuente: c3m.com.ar