Si la soja no sube, en 2012 no hay fiesta.
Los agentes económicos y los dirigentes políticos deberían estar evaluando los cambios en la economía internacional porque impactan de lleno en la coyuntura domística. La Argentina es sojadependiente y reconocerlo no está mal. Tampoco lo está ir tomando precauciones, advirtió la consultora Massot & Monteverde.
Si la soja no retoma el alza, en 2012 se acaba la fiesta.
• En abril la balanza comercial marcó un superávit de US$ 1.300 millones, lo que representó una drástica disminución de 38 % respecto al mismo mes del año pasado. El resultado —en consonancia con nuestro análisis de fondo de 45 días atrás— encendió luces amarillas en los pasillos oficiales.
• Las exportaciones registraron el menor aumento en más de un año.
• El problema ya no reside en que el magro aumento obedezca a una mejora en los precios; más grave es que las cantidades vendidas sufrieron una caída.
• Como habíamos señalado, en marzo el desempeño había sido favorecido por la base de comparación: un conflicto gremial frenó los embarques en ese mes de 2010.
• Pero en abril ya no se contó con esa ayuda estadística.
• Por el lado de las importaciones, el vertiginoso crecimiento —esta vez en volúmenes— tiene dos sólidos fundamentos.
• Aquí los esfuerzos —líase aprietes— del secretario de Comercio enfrentan un obstáculo insalvable: detener importaciones significaría bombardear el nivel de actividad, pues buena parte de ellas consiste en bienes intermedios o piezas indispensables para el circuito productivo.
• Pero a ello se añade otro problema, consecuencia natural del mismísmo modelo K: las adquisiciones de combustibles, cuyo estallido es el resultado obvio del funesto congelamiento tarifario y la política energítica oficial.
• Hemos pasado de ser exportadores netos de energía a importadores netos.
• Y para peor, esto ocurre en el momento en que los precios energíticos están cerca de máximos históricos: no solamente desaprovechamos esta oportunidad para exportar sino que debemos comprar cunado más divisas nos absorbe.
• Las exportaciones aumentaron 12% interanual en tírminos nominales.
• El mayor valor exportado resultó de un aumento de 20% en los precios mientras que las cantidades se redujeron 7%.
• Los rubros que registraron mayores aumentos en valores absolutos fueron los residuos de la industria alimenticia, cereales, y material de transporte terrestre.
• Las cantidades exportadas de combustibles, de productos primarios y de manufacturas de origen agropecuario cayeron 34%, 26% y 7%, respectivamente.
• El comercio con el Mercosur concentró 24% de las exportaciones.
• Las exportaciones disminuyeron 2,1% en tírminos desestacionalizados respecto al mes anterior.
• La perspectiva hacia delante es recesiva: la tendencia-ciclo no registró variación respecto al mes anterior.
• El valor de las importaciones fue 38% mayor al de igual mes de 2010.
• Esto se debió a un aumento de 31% en las cantidades compradas y de 5% en los precios.
• Todos los rubros registraron aumentos en valores absolutos, destacándose el incremento de combustibles y bienes intermedios.
• Compras que se destacaron fueron las de gas oil, hulla, gas natural licuado, fuel oil, y vehículos, partes y accesorios para el complejo automotor.
• Las cantidades importadas de combustibles y lubricantes saltaron al doble y las de vehículos y de bienes de capital treparon 46% ambas.
• El Mercosur representó 31% del total de compras realizadas en el mes.
• Las importaciones provenientes del bloque treparon 31%, casi el doble que las exportaciones (17%) con ese destino.
• El saldo comercial con el Mercosur resultó negativo en US$ 103 millones.
• Las importaciones del mes de abril aumentaron 4,4% en tírminos desestacionalizados respecto al mes anterior.
• La perspectiva es claramente alcista: la tendencia-ciclo registró una suba de 0,3% con respecto al mes anterior.
• En el primer cuatrimestre el superávit asciende a US$ 3.088 millones, lo que marca una caída de 24% respecto al mismo período de 2010.
• Las exportaciones acumuladas en esos 4 meses crecieron 25%.
• Pero las importaciones trepan 38 % interanual, una vez y media más rápido que las ventas.
• El volumen comprado de energía más que se duplicó respecto al del 1er. cuatrimestre de 2010 mientras que las ventas del componente energítico se derrumbaron 23%.
• Los que constituyeron las banderas del modelo —el superávit fiscal, el superávit comercial y el tipo de cambio alto— son ya cosas del pasado.
Hoy, por el contrario, los principales desafíos que enfrenta residen precisamente en el frente fiscal, comercial y cambiario.
• La megadevaluación de 2002 y el ciclo alcista sin precedentes de las materias primas fueron los artífices del milagro y la fortaleza K: contar simultáneamente con holgadas cajas de pesos y de dólares que mantuvieran a resguardo de un percance de envergadura.
• Pero la solidez fiscal y el ingreso de divisas comenzó a perder fuerza en 2007 y se complicó con el enfrentamiento con el campo y la crisis global.
• El gasto creciente achicó la caja fiscal y la inflación trituró la ventaja cambiaria.
• El dólar quieto, usado como ancla de los precios, incentivó más la importación que la inversión y el clima hostil a los negocios reavivó la salida de capitales.
• El deterioro de los flujos en los últimos años obligó al gobierno a recurrir a los stocks tanto de pesos —cajas públicas o privadas, como organismos autónomos y jubilaciones privadas— como de dólares —reservas internacionales.
• Los dólares de la soja maldita, por ahora, siguen salvando el modelo K.
• Para el gobierno es crucial sostener un resultado positivo en la balanza comercial, que permita abastecer a la economía de dólares.
• Sobre todo en un contexto en el cual se ha incrementado la demanda de divisas estadounidenses por dolarización de portafolios propia de los años electorales.
• El debilitamiento de la cuenta corriente dificulta el sostenimiento de la recrudecida fuga de capitales, que podría superar los US$ 1.700 millones este mes.
• Ello explica tambiín la enorme brecha actual entre la cotización del dólar oficial y el dólar paralelo, que se ubica en niveles que merecen atención.
• El desdoblamiento es el resultado natural de las expectativas de deterioro del balance de pagos.
• La brecha entre el tipo oficial y el cable ya se ubica en 8%.
• La suba del dólar es siempre acompañada por una baja del consumo.
• De todas formas, el BCRA sostiene un nivel de reservas brutas —aunque no de reservas netas efectivas— que le permiten sofocar escaramuzas de mercado moderadas, corriíndolas con los bomberos (con esta expresión nos referimos a que cuenta más con capacidad de asustar que de reprimir una corrida cambiaria, aunque con resultado idíntico por el momento).
.
Fuente: c3m.com.ar