El titular del Palacio de Hacienda, se mostró confiado en la marcha de las negociaciones aunque evitó dar detalles sobre las mismas.
Hizo una breve reseña del proceso recordando que la oferta argentina no tuvo mucha aceptación pero que este viernes se recibieron contrapropuestas y que las conversaciones continúan. Respecto a las conversaciones con los bonistas aclaró que el Gobierno es “flexible” en evaluar alternativas e ideas. “Estamos teniendo un dialogo constructivo en el trabajo de la restructuración de la deuda”, dijo
En todo momento, se mostró cautamente optimista y ante la pregunta de qué ocurriría si no se llega a un acuerdo respondió “eso lo veré ese día”una forma de no darle entidad a la posibilidad de un fracaso en las negociaciones.
Admitió las dificultades que enfrenta Argentina agravadas por el Covid-19 que incrementó el déficit fiscal. En este aspecto, comentó que se le pide a los acreedores “encontrar una solución para ponernos de pie”.
Guzmán enfatizó que “No queremos hacer promesas que no podamos cumplir”. Cabe recordar que Argentina restructura bonos por u$s66.300 millones de la deuda emitida en el extranjero.
Durante toda la semana continuarán las negociaciones reservadas entre el Palacio de Hacienda y los acreedores con el propósito de encarrilar el acuerdo, aunque ya se considera que técnicamente no será posible cerrar un entendimiento antes de la fecha límite fijada por las autoridades para el próximo viernes y que ahora podría extenderse, tal como adelanto Ámbito.
“Son varias propuestas a estudiar y tendrán sus respectivas respuestas”precisan en el ministerio de Economía, pero aclaran que “en todos los casos deberán ajustarse al criterio de sustentabilidad de la deuda”.
Precisan que “al abrirse las negociaciones se flexibilizan los tiempos, estamos pensando en una extensión corta”, sostuvo una fuente oficial al referirse a los tiempos de la negociación y señaló -como un adelanto de lo que dijo Guzmán- que esta postergación (respecto del plazo original del 22 de mayo) “no sería grave porque hay disposición mutua a alcanzar un acuerdo”.
Si la negociación se encamina, como esperan tanto en el Gobierno como entre los bonistas, es casi un hecho que la Argentina alargue el plazo frente a la Security and Exchange Comission (la Comisión de Valores de los Estados Unidos) sin negociar un standstill (plazo de espera).