Con cierta previsibilidad, aunque no menos impacto, el juez federal de Dolores Alejo Ramos Padilla descerrajó un procesamiento por graves delitos sobre el fiscal Carlos Stornelli, cuyo futuro dependerá ahora de tiempos procesales y de la opinión del Comité Evaluador del Ministerio Público Fiscal. Considerándolo miembro de la asociación ilícita que encabezaba el falso abogado Marcelo D´Alessio y por violación a la Ley de Inteligencia Nacional, por haber sido autor de una serie de hechos delictivos vinculados a distintas víctimas de la organización dedicada a la extorsión y el espionaje.#
Pero además, lo acusó del incumplimiento de los deberes de funcionario en la causa GNL, matriz del caso “cuadernos”; coautor de “coacción” e incumplimiento de los deberes legales sobre ejercer influencia bajo métodos ilícitos. En lenguaje llano, espiar u ordenar operaciones de inteligencia prohibidas por la ley. El magistrado dejó una línea inquietante para Stornelli y le pasó factura de sus siete meses de rebeldía: aclaró que no iba a disponer la prisión preventiva pese a haber “comprobado la existencia de riesgos procesales” tales como intentar obstruir el avance de la investigación. Los fueros como fiscal, lo protegieron.
Por la vía administrativa quedará ahora en manos de lo que decida el Comité Evaluador que había considerado, por mayoría, que ameritaba su juicio político por su evasiva a la indagatoria en Dolores. Pero había diferido una eventual suspensión al momento que hubiese una resolución judicial. Ese paso podría quedar atado a una revisión por parte de la Cámara Federal de Mar del Plata que trascienda el 2020, luego de la feria. Para ese entonces, Stornelli activaría mecanismos para iniciar su jubilación, una vez que cumpla 60. La decisión final corresponderá al procurador general, más allá del dictamen de los cinco fiscales generales. El juez ahora sumó un empujón más y recomienda abrirle una instancia de Tribunal de Enjuiciamiento para sumarle presión.
En paralelo, tendrá las instancias recursivas para tratar de mejorar su situación, algo que hasta ahora no ha pasado con ninguno de los procesados por Ramos Padilla en esta trama. Luego de que se resuelvan algunos recursos en la Corte, la causa podría sumar un nuevo querellante: el juez Horacio Rosatti evalúa presentarse en Dolores para saber quién y cómo ordenó que su nombre apareciese en la trama de espionaje.
En más de 500 carillas y mientras mantiene en suspenso la homologación del acuerdo como arrepentido de D´Alessio, Ramos Padilla desgranó cada uno de los hechos por los que acusó a Stornelli y rechazó dar crédito a la versión defensiva respecto a una supuesta confabulación entre Pedro Etchebest (la víctima) y el propio D´Alessio para perjudicar “cuadernos”. “He podido comprobar la actividad de agentes de inteligencia inorgánicos y exagentes de la Agencia Federal de Inteligencia que llevaron adelante operaciones ilícitas vinculadas con el espionaje ilegal en colaboración con la actividad del fiscal Carlos Stornelli y en connivencia con éste”, disparó al remarcar que está “claramente vinculado” a la asociación ilícita. Fiscal y espía “actuaron en forma promiscua” atento a sus nivel de confianza y conversaciones privadas, alejadas de la primera versión de Stornelli respecto a un eventual engaño por parte del falso abogado. Ramos Padilla hizo una descripción de la trastienda de actuación y del sombrío accionar coordinado de “servicios” y magistrados para actuar en causas de diversa manera y generar réditos políticos y económicos. Lo embargó por $10 millones y le restringió salida del país y ausentarse de su domicilio.
Ramos Padilla graficó una “relación especial”, admitida por Stornelli con Leonardo Fariña que era testigo en causas a su cargo y que le recomendó hacer denuncias judiciales, mientras, a su vez, declaraba a su favor en sumarios administrativos. El juez asestó allí una estocada citando a la “doctrina Irurzun” pero trasladada al ámbito actual donde los riesgos procesales lo harían acreedor de una prisión preventiva por “relaciones e inconductas actuales, reales, no abstractas ni presumidas”. Su vinculación con D´Alessio fue “muy intensa” y entre las tareas ilegales que dio por probadas están las averiguaciones respecto al exmarido de su actual pareja, Jorge Castagnon. Todo ese combo de causas en las que Stornelli sabía que estaba acudiendo a un espía inorgánico que obtenía información por medios ilegales para nutrir sus causas son el eje de la causa que tiñó varios expedientes que aparecieron como investigaciones de Stornelli. No “cuadernos”, se encargó de resaltar Ramos Padilla respecto a la excusa inicial del fiscal.
“En el caso del fiscal Stornelli existe una gran cantidad de prueba explícita y determinante no sólo acerca de las operaciones en las que participó, sino fundamentalmente -y lo que resulta por lo general más complejo de determinar- acerca del conocimiento que tenía de las actividades ilícitas que se desarrollaron, como así también del rol que le cupo en cada uno de esos planes y hechos ilícitos que se describirán”, resumió el juez el grado de compromiso que existe sobre el fiscal, dado que todos estos delitos se habrían cometido en relación a su función por un total de 7 hechos concretos.
Fuente: c3m.com.ar