El Fondo Monetario Internacional estimó que la Argentina terminó el 2022 con un crecimiento económico de 4,6%, un número más alto del que preveía hace tres meses, pero proyectó que este año la economía tendrá una desaceleración hasta 2% de avance del PBI, lo que atribuyó en parte a las medidas de endurecimiento fiscal y monetario que tomó el Gobierno para intentar bajar la inflación.
Además, consideró que la región experimentará un marcado freno en su ritmo de crecimiento en comparación con el año pasado, en medio de un contexto global que ayuda poco para la actividad económica de América Latina, entre la alta inflación global y el reajuste de tasas de interés que decidieron las principales económicas para combatir la suba de precios.
El organismo que conduce Kristalina Georgieva actualizó sus proyecciones económicas -las últimas databan de octubre pasado- y recalculó su estimación de crecimiento del PBI mundial para 2023. Así, midió que la economía global pasará de crecer un 3,4% en 2022 a 2,9% en 2023. La proyección para la región latinoamericana es más dura: recortará más de la la mitad de expansión de 3,9% en 2022 a 1,8% en 2023.
“La subida de las tasas de interés de los bancos centrales para combatir la inflación y la guerra de Rusia en Ucrania continúan lastrando la actividad económica. La rápida propagación de la Covid-19 en China frenó el crecimiento en 2022, pero la reciente reapertura ha desbrozado el camino para una recuperación más veloz de lo anticipado. Se prevé que la inflación mundial disminuya de 8,8% en 2022 a 6,6% en 2023 y a 4,3% en 2024, niveles aún superiores a los observados antes de la pandemia (2017–19) de alrededor del 3,5%”, estimó el informe global publicado esta noche por el organismo.