La reciente recuperación ensayada por los activos domésticos en las últimas jornadas se generó principalmente por la positiva expectativa que despiertan un nuevo acuerdo con el FMI, así como un mayor consenso político para avanzar en la aprobación del Presupuesto 2019.#
En relación a las negociaciones que se están llevando a cabo con el organismo internacional, la principal expectativa radica en el adelanto hacia el 2019 de los desembolsos de los próximos años, en busca de fortalecer el programa financiero de dicho año y así despejar cualquier duda crediticia.
Ocurre que dichas preocupaciones han generado un fuerte deterioro en las cotizaciones de los bonos, tal como refleja el riesgo país aun merodeando los 700 puntos básicos, un nivel elevadísimo que duplica el que mostraba cuando había arrancado el año.
Ahora la expectativa se está expandiendo a que el organismo internacional incluso estaría evaluando la posibilidad de ampliar el monto de la asistencia financiera, lo cual sin dudas sería un evento que los inversores festejarían dado que contribuiría a reducir las tasas de financiamiento y aliviar las necesidades financieras hasta poder recuperar el acceso al crédito externo.
También está contribuyendo positivamente sobre los operadores el mayor consenso político que se observa en relación al Presupuesto 2019, cuya aprobación resulta clave no sólo para poder aspirar a cumplir con el compromiso de "déficit primario cero" el año próximo, sino también como señal de acuerdo interno frente al FMI, toda vez que esta es la principal meta a ser cumplida.
Por último, también el BCRA se estima que estaría recuperando mayor flexibilidad en la administración de la política cambiaria, toda vez que ha abandonado recientemente las subastas y está avanzando con sorpresivas intervenciones directas en la plaza, en busca de alcanzar un clima de mayor estabilidad cambiaria que contribuya a recuperar la confianza de los inversores.
Aun cuando las perspectivas sobre el nivel de actividad económica y la inflación a corto plazo no resultan alentadoras, los inversores más focalizados en el futuro podrían encontrar espacio para comenzar a recuperar la confianza, algo que resulta indispensable y debería reflejarse en un descenso en el riesgo país en los próximos meses.
Ello resulta crucial dado que el financiamiento del FMI sólo debería actuar como "puente" hasta que el país pueda recuperar la credibilidad de los inversores en base a la convergencia fiscal y del sector externo, en especial en un mundo con mayor vulnerabilidad para los países emergentes.
Ocurre que la Fed continuaría elevando las tasas de referencia hasta al menos el 2,5% anual a fin de año, las cuales conllevan a que los fondos migren hacia EE.UU., revalorizando así al dólar a nivel mundial, y en simultáneo también continuará retirando liquidez del mercado.
Frente a dicho escenario, los inversores no deberían abandonar prematuramente la cautela que impone el complejo escenario externo y doméstico, pero con selectividad podrían buscar aprovechar posicionamientos en aquellos títulos más cortos que ofrecen elevadas tasas, las cuales en un ambiente más amigable -ante menores dudas crediticias- sobre todo en dicho tramo podrían reducirse al menos unos 200 puntos básicos, y es así que la curva normalizaría su pendiente.
En dicho sentido, no sólo las Letes en dólares con rendimientos mayores al 7% anual resultan atractivas, así como el Global 2019, sino que también los títulos con mayor liquidez en el mercado secundario como el Bonar 2020, Global 2021 y Bonar 2024 con rendimientos del 10%. A nivel corporativo, la mejor alternativa crediticia de corto plazo es Pan American 2021 que rinde un 8%.
Fuente: c3m.com.ar