El resultado de la elección nacional no será ajena al futuro político en la Provincia de Santa Fe, toda vez que el radicalismo gobernante dentro del FPCyS decidió estrechar fuertes vínculos con el macrismo nacional, al punto tal que el intendente radical de Santa Fe Josí Corral, entonado despuís del desembarco de Mauricio Macri a esta capital para cerrar el multitudinario Foro nacional de intendentes radicales, viajó hasta Rafaela para hacer campaña, decidido a atar su devenir político a la suerte del jefe del gobierno porteño el domingo 22.
Miguel Lifschitz asumirá el 10 de diciembre en un momento histórico del FPCyS, que es bisagra despuís de desgastantes 8 años de gestión inicial de un ciclo que venía a reemplazar nada menos que casi un cuarto de siglo peronista.
Los socios radicales, a los cuales Lifschitz les concedió una alta participación (quedan por negociar las “segundas líneas”, no menos importantes), en el momento de negociar el “gabinete mas frentista” firmaban la doble afiliación con Cambiemos que los pone – en caso de ganar Macri – en la inmejorable posición de elegir escudería con la cual correr en el 2019. Ya anticipamos en esta columna que Mauricio Macri ponderó a Josí Corral como un dirigente con futuro; y que a Corral le gusta abrazarse a íse futuro.
El “forzado gabinete frentista” fue un botón de muestra de las dificultades, inclusive con la tropa propia, que tuvo el ingeniero rosarino para confeccionar el cuerpo de colaboradores que fue cosiendo artesanalmente, puntada por puntada. Aún resta anunciar el Secretario de Estado de Energía que, más allá de que no tener rango ministerial como el que se le otorgó a Medio Ambiente y Ciencia y Tecnología, es un área estratígica, toda vez que además de las prometedoras energías renovables, contendrá a la poderosa estructura de la EPE y su no menos combativo sindicato. Lifschiz dijo que el nombramiento “deparará una sorpresa”.
Mientras tanto anuda acuerdos, algunos de último momento fruto de álgidas negociaciones, para el definitivo entramado del gabinete, Miguel Lifschitz tiene que atender personalmente – tal su impronta – el sostenimiento de finos compromisos políticos parlamentarios con el radicalismo, que podrían llegar a depararle sinsabores partidarios.
La presencia del diputado radical reelecto Maximiliano Pullaro en el futuro Ministerio de Seguridad, forma parte de aquella delicada trama de negociaciones que incluye cesiones por compensación que, al menos para un sector del socialismo no están del todo claras y prometen mar de fondo, que de la prudencia negociadora del Gobernador electo dependerá que no se transforme en algo más serio de aquí al 2 de Diciembre, momento en que jurarán los diputados electos. A menos que la UCR estí dispuesta a resignar una banca sin nada a cambio.
Las tensiones entre la Casa Gris y su futuro inquilino comenzaron cuando Miguel Lifschitz – para amortiguar la compensadora creación de dos nuevos Ministerios- anunció una gestión de austeridad acorde con los aciagos tiempos por venir en la Argentina. Pero avanzó un poco más allá, y entro en territorio Comanche al disparar que reduciría en un 30% el “gasto político”. Inmediatamente Bonfatti recogió el guante y le hizo saber que en su gestión “todos trabajan”, recibiendo como respuesta conciliadora de parte del sucesor que no dudaba de ello, pero que es necesario en tiempos de crisis – como los que sobrevendrán – darle señales a la población.
Todo hace presumir que no serán los primeros, ni mucho menos los últimos, escarceos entre Lifschitz y Bonfatti, habida cuenta de los diametralmente opuestos estilos políticos de cada uno. Alguna vez apuntamos en esta columna que Miguel Lifschitz no será la posta de Binner-Bonfatti: le dará su impronta personalísima al nuevo mandato.
Por lo pronto, los cuatro años de arduos conciliábulos con el peronismo que ejercitó Antonio Bonfatti terminó de dar frutos este jueves cuando la Cámara de Diputados le dio sanción definitiva a la autorización para que Angel Sciara y Gonzalo Saglione salgan al mercado a buscar los 2000 millones de pesos necesarios para poder hacer frente a los compromisos con los contratistas del Estado (vía cheques de pago diferido) con letras que colocará el Nuevo Banco de Santa Fe, agente financiero del gobierno, que tambiín servirán para atenuar los 3500 millones de pesos en sueldos y 1800 en aguinaldos que deberá desembolsar el gobierno hasta terminar el año. Sin contar el sueldo de enero.
“Cambiemos” en Santa Fe, pero sin el PRO
La novedosa relación de fuerzas que generó en Santa Fe la alianza Cambiemos, que lleva a Mauricio Macri a la candidatura presidencial con el pleno respaldo del radicalismo, deja en una incómoda posición al PRO vernáculo, hasta hace cuatro meses aliado con un sector del peronismo (Producción y Trabajo), y con armoniosos flirteos políticos con el peronismo reutemista, que apostaba al triunfo de Miguel del Sel para “ayudarlo a gobernar con funcionarios peronistas”.
Hoy son los radicales los que se entallan los trajes de funcionarios de Mauricio Macri, y no dejaron pasar la ocasión para hacírselo notar al candidato presidencial con una imponente parada de 400 jefes municipales de todo el país en esta capital. Miguel del Sel pasó raudamente por la conferencia de prensa pero, rápido de reflejos, advirtió que la fiesta era de otros.
El PRO no quiere perderse en la espesura radical y se rearma de una manera rara, creando el Foro Santafesino de Intendentes y Presidentes de Comuna de CAMBIEMOS. Pero sin los radicales. En el acta constitutiva mencionan a las Comunas y municipios que a partir del 10 de diciembre gobernará el PRO: Rufino, Las Rosas, Ramona, San Agustín, Cañada Rosquín, Campo Piaggio, Santi Spiritu, Loma Alta, Lehmann, Angílica, Lanteri, “entre otras localidades”.
Rumbo al domingo 22
Mientras los radicales desayunan en la cena el triunfo de Cambiemos, el peronismo santafesino que venía desarticulado en el trabajo militante, estrechó filas en torno de su candidato Daniel Scioli en la plenaria figura de los diputados y senadores, quienes firmaron un documento que llama a la reflexión “a todos los partidarios de la justicia social” para expresar “su apoyo rotundo y sin retaceos” a la figura de Daniel Scioli,” ya que la segunda vuelta electoral que resta cumplir el próximo 22 de noviembre, representa un punto de inflexión en el que se dirime la suerte de todos los argentinos. En esa disyuntiva confrontan dos modelos de país, los dos ya probados en la Argentina”, señalaron.
El decisivo debate
Este domingo la ciudadanía argentina asistirá al segundo debate presidencial de la historia (Scioli no asistió al primero entre cinco candidatos) que protagonizarán los animadores del balotaje Daniel Scioli y Mauricio Macri.
Gran parte de la elección del domingo 22 se decidirá frente a las pantallas de los televisores, cuando los dos contendientes se jueguen la vida por convencer a la población de que serán los mejores administradores del país durante los próximos cuatro años
“Cambiemos” de Macri pregona la esperanza de un país mejor sobre la base indispensable de terminar con el kirchnerismo y sus nefastas políticas, modos y formas; 8.601.063 personas votaron el 25 de octubre en esa dirección.
Pero 9.338.449 de ciudadanos lo hicieron por Daniel Scioli y su promesa de avanzar sobre lo bueno y corregir lo que no está bien.
Casi ocho millones de personas colocaron en las urnas las boletas de Sergio Massa (más de cinco millones), Rodríguez Saa, Margarita Stolbizer y Nicolás del Caño. Ya no estarán el domingo 22 y hacia allí enfilan Macri y Scioli.
Una primera impresión nos lleva a pensar que los votos “decididos” por un “modelo” u otro; o lo que sería lo mismo el “cambio” o la “continuidad” (con correcciones) ya lo hicieron el 25 de octubre. Nadie se guardó el voto para un eventual balotaje, del cual la mayoría de los ciudadanos no tenía la menor idea de que existiera. Y encima las fallidas encuestas pronosticaban el triunfo en primera vuelta del candidato oficialista Scioli.
Quedaría entonces por seducir el voto no peronista “independiente” conservador, temeroso, expectante hasta último momento sobre lo que podría llegar a suceder con su economía y tranquilidad personal en caso de un “ajuste” que descuentan aplicará gane quien ganare. O sea, quien mejor tutele nuestros mezquinos intereses personalísimos.
Quien esta noche le genere mayor tranquilidad espiritual a íse universo de votantes, convencidos de antemano de que las cosas serán difíciles, el domingo que viene será el próximo Presidente de los Argentinos.
Fuente: c3m.com.ar