A una semana de las elecciones, los candidatos a Gobernador se internan en la peligrosa espesura de la selva electoral a la caza de los 150 a 200 mil votos necesarios para llegar triunfante al señorial edificio de 3 de Febrero al 2300, conocido como la Casa Gris.
Miguel Torres del Sel, Miguel Lifschitz y Omar Perotti necesitan llegar el domingo que viene al podio del 35% de los votos válidos emitidos (algo así como 650 mil voluntades a favor). Allá lejos y hace tiempo quedaron los 950 mil votos de Carlos Reutemann en 1999; o los 864 mil votos de Hermes Binner en el 2007. El actual Gobernador Antonio Bonfatti obtuvo 674 mil votos en el 2011.
Por estos días, la guerra de nervios en los centros de operaciones de campaña de los tres candidatos desentraña un final impredecible que contradice los placebos de las encuestas, catalizadoras de ansiedades. Se apela a los ajados manuales de operaciones políticas que incluyen, además de las tradicionales durezas conceptuales entre los adversarios, revoleo de encuestas a la carta, y severas operaciones periodísticas que podrían terminar confundiendo al electorado en lugar de despabilarlo.
¿Reditúa mostrar algún perfil de gobernabilidad a futuro?; ¿ó la consigna es cómo acertar con el golpe de efecto preciso que termine de enviar a la lona al contrincante?. En esa faena a veces se pueden perder hasta las formas.
Si el objetivo de los candidatos es convencer a la mayor parte de los 100 mil santafesinos que se tomaron la molestia de ir hasta las escuelas el 19 de abril para votar en blanco, invitándolos para que el domingo 14 tilden un casillero, deberán moverse esta última semana en campo minado; un paso en falso sería fatal.
¿De quí manera contribuyó a ese objetivo el debate televisado del sábado?. Los laboratorios de campaña sacarán sus propias conclusiones, pero objetivamente los candidatos quedaron expuestos. Si la ciudadanía lo apreció, se verá el domingo que viene.
El FPCyS se resiste a creer que la sociedad santafesina le hubiera picado el boleto tan pronto decretándole un anticipado fin de ciclo, y confía en atraer hacia su candidato Miguel Lifschitz la mayor cantidad de aquellos ciudadanos que no fueron a votar el 19 de abril, mientras militan acírrimamente el voto radical (y no radical, unos 160 mil) que fueron a parar al candidato Mario Barletta en las Paso. El diputado radical Santiago Mascheroni se fastidia con algunas metodologías de estos tiempos: “hay que volver a la vieja militancia casa por casa, consolidar la organización y el mítodo; las redes sociales son útiles y necesarias, pero no ganan una elección”, razona y rezonga.
Simultáneamente se trabaja con el “voto militado” dentro del gremialismo estatal (algunos sectores ya se pronunciaron abiertamente) y se esperanzan con el “cambio de idea” de quienes apostaron – por las razones que fueran – el 19 de abril por el candidato que terminó siendo el más votado. “Las diferencias tenemos que achicarlas en todos los frentes”, describen los estrategas de campaña.
Básicamente el socialismo apuesta a salir de la “muerte clínica” padecida el 19 de abril en Rosario; “pasamos a terapia intensiva y en franca evolución”, grafican, optimistas.
En la carpa del peronista Omar Perotti apostaron todas las fichas a la buena estrella del Gobernador bonaerense Daniel Scioli, quien regresó a la Provincia para respaldarlo, despuís que lo hiciera su carismática esposa Carina Rabolini. Perotti, a quien Reutemann acaba de calificar como “un buen candidato” (luego se desdijo y lo calificó de “híper kirchnerista”) en función de su experiencia como intendente de Rafaela y Ministro de la Producción de Jorge Obeid, apela, igual que el FPCyS al “voto militado” de las cientos de colectoras comunales y municipales esparcidas por toda la Provincia.
El aspirante rafaelino trabaja arduamente para romper con la marca a fuego “somos los que más hemos crecido”, la mediatizada polarización entre “los Migueles” (Del Sel y Lifschitz) que lo dejaría afuera del reparto de favores electorales del 19 de abril a la fecha. Para no ser menos, tambiín ondean encuestas favorables.
Finalmente Miguel del Sel, el favorito en las apuestas debido a la excelsa performance del 19 de abril, sigue al pie de la letra el decálogo del candidato exitoso, sin apartarse del libreto que tantos y tan buenos resultados le viene dando: seguir relacionándose “cara a cara hablándole a la gente”.
Poco y nada le importa que sus adversarios le reprochen de manera unánime que generalice sus propuestas sin profundizarlas.
Reutemann y su eleccion personal con el socialismo.
Carlos Reutemann (que abroqueló al radicalismo santafesino en su estrategia nacional) libra su propia guerra privada con el socialismo, que excede las simpatías que pudiera tener hacia Miguel del Sel, hoy constituido por obra y gracia del destino en instrumento de su desagravio personal por las ofensas – a su entender- proferidas por el socialismo hace exactamente seis años.
Fue en el año 2009 durante la campaña por la reelección a la banca de Senador, cuando se quejaba agriamente del socialismo que blandía como “elemento perturbador” de sus votantes (los mismos que hoy apoyan a Del Sel) el hecho de que una vez consagrado Senador iría a brindar con champagne a Olivos junto a Nístor Kirchner. Por otro lado, Reutemann tambiín sufría los embates del kirchnerismo tras su alineamiento con el campo un año antes. Recibía fuego graneado de ambos flancos. De allí la archi famosa consigna (que prácticamente lo llevó al triunfo y los peronistas no olvidan) “no hay 2011 sin 2009”.
Sumado al agravio de ir a brindar con Kirchner si triunfaba, a Reutemann se le hizo callo en su dolido espíritu que el socialismo por entonces lo acusara de ser el autor intelectual del asesinato del militante social rosarino Claudio “Pocho” Lepratti en el año 2001, y ya naturalmente de ser el causante – por omisión- de las muertes ocasionadas por la inundación del 2003.
Tras la ajustada victoria por tan solo dos puntos, esperó pacientemente el momento de la revancha. Ese día llegó. Es ahora. Podría ser el domingo 14 si Del Sel doblega al socialismo.
Pero antes, hace dos años, fue por el kirchnerismo apoyando a Sergio Massa en su candidatura a diputado nacional “para evitar la re-reelección de Cristina”, reveló. El Massismo creyó que Reutemann había firmado un contrato para siempre con su escudería. Era solo por esa carrera. Ahora iría por el socialismo, y el nuevo team sería el Pro.
Sorpresivamente – pensábamos que lo haría despuís del domingo 14- anunció que será candidato a la tercera reelección de su banca a Senador nacional por el PRO. “El Lole confía plenamente en el triunfo de Miguel (Del Sel) por eso anticipó su candidatura a Senador”, afirman en el búnker del Pro.
El diputado del Movimiento Evita y dirigente del PJ rosarino dijo que Reutemann debería ser expulsado del Partido por “inconducta partidaria” (por haberse pasado a las filas del Pro). Le respondió, irónicamente, que esperará el pelotón de fusilamiento de pie, provocándolo para que lo hagan debido a que “está en los estatutos”.
Confiado en el triunfo de Del Sel espera ansioso el resultado del domingo 14 para consumar su íntimo deseo que acuna desde aquella fría noche del 28 de junio del 2009. Cuando cometió el “exabrupto” de decir que no tenía nada que ver con el armado de los equipos de Del Sel, no hizo más que ser fiel a su conducta: de lo que íl no forma parte no se hace cargo.
Final abierto para algunos; caso cerrado para otros. Queda hasta el jueves para convencer a los indecisos y fidelizar a quienes ya optaron el 19 de abril.
Fuente: c3m.com.ar